COVID19: entrevista a Isabel Aguilar, jurista y experta en gestión sanitaria

30.03.2020 | Redacción | Entrevista

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com
 

En plena crisis provocada por el coronbavirus, hemos entrevistado a Isabel Aguilar Dorta, abogada especialista en gestión sanitaria y presidenta de la Fundación "Juana Reyes" que, como experta en asuntos relacionados con la asistencia y cuidado de enfermos y personas vulnerables nos ha manifestado, entre otras cosas, que "la actual crisis provocará cuadros de angustia, ansiedad y depresión" en mucha gente" y que es "nuestro deber en un Estado del Bienestar, cuidar y proteger a los más necesitados".

En otro momento de la entrevista, Isabel nos comentó que "no siempre calidad, seguridad e inmediatez" van de la mano.

LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

La pandemia provocada por el covid-19 se está cobrando muchas vidas de ancianos en este país. ¿Están las residencias de mayores dotadas de medios para aislar a los internos del virus en esta Islas?

Entiendo que te refieres a los Centros que les vincula la regulación jurídica que es aplicable al ámbito de la autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia. Es obvio que estamos hablando de un sector muy vulnerable de nuestra población y ante circunstancias de esta magnitud se vean más afectados. La normativa es bastante clara a la par que rigurosa, en materia tanto de recursos personales como de recursos materiales y, establece de forma clara las ratios de personal para hablar en términos de calidad asistencial.

Soy consciente que esta pregunta me la planteas, ya que he sido hija de una enferma gran dependiente (fallecida en el año 2010) que, perteneciendo a una plataforma de afectados demandamos mejoras por falta de recursos en centros para pacientes de este perfil. He vivido algo muy similar a lo que hoy observo en los medios de comunicación. No es algo nuevo en este entorno ya de por sí, de riesgo. La carencia de recursos tanto de personal como de seguridad, el incumplimiento de las ratios de personal disminuye la calidad asistencial, no poseer equipos de seguridad, o déficit de recursos materiales y de información ante una infección nosocomial (propias o contraídas en sede hospitalaria); escasez de guantes, jeringas de alimentación enteral; todo esto formó parte de mi vida en la década de 2000 a 2010, por eso, conjuntamente con otros afectados llegando a solicitar inspecciones y a ponerlo en conocimiento de la fiscalía, dado que al amparo de la normativa vigente ostentan competencias, en un caso la Comunidad Autónoma y en otro, la fiscalía, quienes tienen competencia para conocer sobre el estado de estos centros pudiendo, al amparo de lo establecido legalmente, declarar su cierre. Pero, siendo, esto así, es necesario tener esto presente para hacer valer nuestra experiencia.

Ese sentimiento de frustración y preocupación es bueno, en mi opinión, si el individuo sabe gestionarlo bien y concentrar sus energías en el dejar hacer ahora, es decir, en la búsqueda de ese material necesario y de ahí la importancia del mismo y en observar como buena la labor técnica que se está haciendo por parte de la Administración, que ya efectúa sobre estos Centros de Mayores. Considero modestamente, que en la gestión de las emociones va también, la búsqueda de la serenidad y con ella observar la mejor estrategia para solicitar que se depuren responsabilidades, en su caso, o tal vez elaborar una planificación para que los crónicos estén mejor armados y prevenidos ante situaciones similares. Cuando hayamos elaborado esa visión retrospectiva de esta crisis y nos posicionemos en “el aprender”. Sería tal vez más responsable, aprender y sacar ese rédito a nuestra frustración. Genera, una satisfacción interna importante, esa fue mi experiencia, plantear mejoras desde la elaboración de nuevos protocolos y la planificación.

El deber moral que me ocupa es pedir que, por el impacto que pueda ocasionar en las familias de los fallecidos en estos centros, es que no les dejen solos. El hecho de no haberse podido despedir de ese ser querido puede traer grandes consecuencias en no saber gestionar la pérdida o el duelo que ya hace años habían comenzado. Ahora será importante y esencial la aceptación. Cuando tengamos una “cara feliz” y esto haya pasado, tal vez debamos hacer todos una reflexión y observar y valorar cuáles son las prioridades del Estado del Bienestar y si deseamos vivir en una sociedad donde una de nuestras prioridades sea proteger a los más vulnerables.

ESTADO DE ALARMA

¿No cree que, en general, en Occidente se subestimó la aparición del coronavirus en China? ¿Han actuado tarde y mal las autoridades de la UE y de nuestro país?

Habría, en mi modesta opinión, que realizar diferentes lecturas. Está claro que ha traído una situación nueva y, por tanto, una respuesta para la que tal vez, en un primer momento no se sospechaba ni en el peor de los casos (cuando se daba el dato del primer contagiado a finales de enero), habría que abordar. Ni tampoco el impacto que está teniendo, ni la declaración del Estado de Alarma. Tal vez, en términos técnicos y científicos se ha intentado actuar razonablemente bien. El asunto está en la coordinación y la preparación de un aparato técnico que frene el impacto y reduzca el riesgo y daño en términos de inmediatez.

El ciudadano, elaborando mi particular análisis, observo que precisa y demanda una información exacta, inmediata y una solución igualmente en el mismo sentido y si esto lo trasladamos al contexto sanitario, requiere tiempo y el examen de los riesgos y de los efectos adversos, también. Seguramente sea este --aunque cueste hacerlo-- el contexto en que el gestor sufre más presión, está en riesgo la salud, e insisto se demanda una información exacta y una solución inmediata, segura y de calidad y muchas veces no se tiene. Por eso, es imprescindible que quienes gestionen (quienes tomen las decisiones) en el sector salud tengan el mayor conocimiento del mismo y del impacto que tiene sobre otros. Hablar del sector salud es hablar, no olvidemos no sólo de reducir la lista de espera o la presión asistencial; hablar del sector salud es hablar a la vez de sanidad alimentaria, medioambiental, farmacéutica y de su regulación; además de cómo se nutre, el suministro que necesita de las mercantiles y de la trascendencia que tiene en la productividad.

Un gestor que no conozca esto puede que no inspire confianza, y más que decisiones irá parcheando la situación, por eso la mala política genera despilfarro. Por tanto, insisto, no tener este conocimiento del sector y los diferentes agentes que están implicados, puede traer “una mala política” o una indeseable gestión.

Habrá que esperar y dar tiempo para profundizar en este análisis y elaborar uno retrospectivo y ofrecer una mejor respuesta a lo que me planteas, teniendo en cuenta que otras crisis o pandemias, con origen en lo sanitario de gran impacto social, también se han superado. No podemos olvidar que en el seno del sector salud se han generado otras crisis de impacto social en sanidad alimentaria, o de graves efectos adversos del medicamento y otras pandemias que, más tarde se ha intentado dar una respuesta satisfactoria, en la que cabe decir, que ha habido respuesta, por venir del “mundo jurídico”, debo decir que necesaria por parte del legislador ofreciendo seguridad (cabría citar ejemplos con origen en sector alimentario, farmacéutico o víricas de gran impacto social, como han sido hablando en términos coloquiales “la enfermedad de las vacas locas”, la talidomida y, por supuesto, el SARS y el MERS).

El asunto es tomar consciencia que van a ser cíclicas y ofrecer una respuesta coordinada y que comprenda distintos sectores o disciplinas.

CASOS DE ANSIEDAD, ANGUSTIA Y DEPRESIÓN

¿Cree que esta crisis humanitaria y el confinamiento en los domicilios provocará algunos trastornos en la Salud Mental a corto y a largo plazo?

No cabe duda de que el aislamiento es un factor de riesgo en Salud Mental, quien haya cuidado su Salud Mental tendrá mejor capacidad de adaptación en estas circunstancias tan especiales. El confinamiento puede generar fluctuación en el estado de ánimo. Así, debemos estar prevenidos y en la medida que podamos atender a las llamadas de nuestro organismo.

Se dan diferentes situaciones dependiendo del grupo al que se pertenezca. Podríamos encontrar desde el estrés laboral. Sería deseable y preferible, en la medida que se pueda reducir cuadros de angustia y depresivos, bien porque ya se convivía con factores que nos predisponían a esto, o bien, porque la incertidumbre de la pérdida del trabajo o situación laboral podrían verse acompañados de crisis de angustia o ansiedad. No olvidemos que las etapas de crisis económicas y recesión traen importantes consecuencias en Salud Mental.

Cabe añadir, que la forma en que perdemos a un ser querido puede generar cuadros de depresión, esto en el mejor de los casos y, en los peores casos, llevarnos a un cuadro de estrés muy severo. Es por esto, que es esencial una vez más reiterar de forma muy contundente que cuanto mejor cuidada está nuestra Salud Mental mejor protegidos estamos ante adversidades como estas.

De igual manera, habrá que ser realista, se vivirá un repunte en términos económicos en el gasto farmacéutico en fármacos vinculados a los cuadros señalados con anterioridad, que vengo a exponerlo aquí por el sufrimiento humano hay detrás. Y una vez más hemos de relacionar que, gozar de buena salud está vinculado a la productividad y en mi opinión a una sociedad que apuesta por el conocimiento y por unos valores más sólidos.

LA ACTUAL LEY DE SANIDAD

Por muchas previsiones que estuvieran hechas, ¿no opina que los objetivos y fines de la Ley de Sanidad está infradotada financieramente?

En circunstancias tan excepcionales y de déficit de recursos materiales y humanos, siempre se van a ver más desfavorecidos aquellos grupos de la población que prácticamente viven en crisis permanente. El legislador ha sido siempre sensible con estos grupos, distinto podría ser que en materia de gestión y planificación no se contemplan aparejados una ficha financiera adaptada a sus necesidades y a sus fines.

Si realizamos un somero análisis siempre hablamos de prevención, pero bien es verdad que la sociedad también demanda una importante dotación para el III Nivel, hospitalario. En términos económicos, en la comparativa de forma proporcional es el sector de cuidados el que sale perdiendo y concretamente los establecimientos donde se asisten a personas en situación de dependencia. Considero que es un hándicap que el hecho muchas veces de vivir un drama humano también les hace ser menos exigentes, esto es, les incapacita y se sienten incapacitados por ese sufrimiento para demandar mejoras al Sistema. Por el contrario, en mi modesta opinión, habría que sopesar si el ciudadano debería igualmente preocuparse no sólo avances tecnológicos en el sector salud en la parte quirúrgica, a veces sin observar la prevención y si también debería pensar igualmente en el sector de cuidados. Puede que sea esta uno de esos aprendizajes que nos deje esta pandemia: dónde y cómo inyectar más recursos para obtener calidad en los distintos sectores y hablar de una asistencia digna hasta el final de nuestra existencia, en su caso.

POSIBLES FECTOS ADVERSOS

Como especialista en Derecho y formación en Gestión Sanitaria, ¿qué consejos puede dar a los pacientes de riesgo, ante esta avalancha de emergencia sanitaria internacional?

Considero que de una forma valiente debe prepararse para una reflexión inteligente de esta avalancha de emergencia sanitaria. Si cada vez que observamos que hay una crisis de similares características (no todas son iguales) y nos planteamos que tendremos que ser más humanos, tal vez es que no nos ha servido de tanto. Pensemos qué Sistema Sanitario queremos, pero seamos realistas y partamos de la base que el sector sanitario es un contexto de beneficio riesgo, con diversos agentes de diversa índole y que la ciencia no garantiza riesgo cero, estamos en sede de efectos adversos, tiene sus limitaciones y pese a que el derecho no lo resuelve todo, conviene recordar que pone límites y da seguridad. Considero, además, que sería hasta provechoso que muchos nos planteásemos qué es el medicamento, escucho de forma insistente plantear cuándo obtendremos uno específico para la circunstancia actual.

Convendría en mi modesta opinión, que todos recodásemos, que es una sustancia que, sirviendo para aliviar, curar o prevenir otras enfermedades, requiere hasta su comercialización además de una labor compleja, tiempo y, siendo bastante realista hay que medir sus efectos adversos. Habrá que ser responsable y hablar del balance beneficio riesgo. El legislador farmacéutico conoce de esto y establece unos criterios para nuestro Sistema, seguridad, calidad y eficacia. Por tanto, habrá que hablar del tiempo previo a la autorización para la comercialización del medicamento y de su seguimiento o evaluación posterior a dicha comercialización, por los posibles efectos adversos.

Así, por tanto, tal vez sería necesario plantearnos, en mi modesta opinión, que no siempre, calidad, seguridad e inmediatez van de la mano.

PROVISTOS DE UN BUEN EQUIPAJE

¿Tiene previsto, como presidenta de la Fundación Juana Reyes, organizar algo en concreto sobre este asunto, una vez terminada esta crisis?

Es de suma importancia situar el orden de prioridades. Para nosotros en la Fundación cuidar la Salud Mental es estar provistos de un buen equipaje que nos inmuniza para para las peores circunstancias en la vida. Seguimos dando y recordando cuál es la mejor medicina ante esta y cualquier tipo de circunstancia, cierto que esta vez, pueda ser de forma más contundente. Está claro que resistirá mejor quien mejor armado esté en Salud Mental y, sepa salir de las crisis más fortalecido.No nos vamos a cansar de solicitar a las instituciones con más énfasis que no dejen solos a quienes por estas circunstancias no se han podido despedir de sus seres queridos. Será básico que les escuchen, el apoyo psicológico y la aceptación. Alimentar esta situación de que han hecho hasta el final todo lo han podido será imprescindible para la aceptación.

Imagen: Isabel Aguilar Dorta | CEDIDA
Paco Pérez

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