26.09.2025 | Redacción | Reflexión
Por: Óscar Izquierdo
Presidente de FEPECO
Que se acaben las colas en las carreteras y haya un tráfico viario fluido es un objetivo a perseguir sin casarse, porque es imprescindible una movilidad cierta, reduciendo el estrés crónico personal, asociado a las mismas, después de tantos años sufriéndolas, a lo que hay que sumar, los ingentes perjuicios económicos y también las afectaciones al medioambiente. Las retenciones diarias nos hacen perder un tiempo valioso. Es preciso y estamos hartos de decirlo, una planificación viaria eficiente, con infraestructuras bien diseñadas, mantenimiento adecuado y vías de escape para momentos de alta demanda. La tecnología también juega un papel esencial, por ejemplo, sistemas de gestión del tráfico, paneles informativos en tiempo real y semáforos inteligentes, que permitan anticipar problemas y redistribuir el flujo de vehículos. Además, fomentar el uso del transporte público guido, desde luego alivia la presión, sobre todo en horas punta. Acabar con las colas requiere inversión, obras, coordinación público-privada y sobre todo buenos gestores políticos, que hagan más que sólo hablar.
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