El alcalde de Santa Cruz de Tenerife propondrá la Medalla de Oro de la ciudad al colegio Dominicas Vistabella.

28.04.2016. Santa Cruz de Tenerife.

El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, propondrá al Pleno del Ayuntamiento el inicio de un expediente de concesión de honores con objeto de distinguir al colegio Dominicas-Vistabella con la Medalla de Oro de la Ciudad.

Bermúdez, que participó hoy en los actos organizados en el centro educativo con motivo del Jubileo Deportivo y Solidario, explicó que las Dominicas constituyen un colegio de referencia en el municipio, que ha contribuido a la formación de varias generaciones de chicharreros “

“La labor que han desarrollado los sucesivos equipos directivos y pedagógicos del centro, así como su contribución y participación activa en la vida de la ciudad merecen el reconocimiento del pueblo de Santa Cruz”, explicó el alcalde, quien comunicó su decisión hoy a la directora del colegio, Rosa Contreras.

En Santa Cruz, desde 1928

Las “Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia” es una Congregación religiosa perteneciente a la Orden de Predicadores, cuyo fundador fue Santo Domingo de Guzmán. 

La Congregación nace en 1895 en las Islas Canarias como respuesta a las necesidades de promoción y educación en la sociedad de aquella época.

Inicia su actividad docente con el colegio de San José en las Palmas de Gran Canaria, le siguen el de Santa Rosa de Lima en La Laguna y Santo Domingo en La Palma.

El reconocimiento de esta labor educativa hace que la Congregación sea solicitada por el Obispo de la Diócesis Nivariense Domingo Pérez Cáceres, y el día 23 de septiembre de 1928 abre sus puertas el colegio de las dominicas en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, en la calle Emilio Calzadilla y al que se le pone el nombre de Santa Catalina de Siena.

Muy pronto las dimensiones del colegio se hicieron insuficientes, trasladándose a otro edificio de la calle Santa Rosalía donde continuaron su labor, hasta que la demanda de puestos escolares y la necesidad de responder a ellas con unas instalaciones adecuadas desplazaron el colegio a su actual ubicación, tomando el nombre del lugar donde está enclavado, Vistabella, y desde el que ofrece a la sociedad tinerfeña su propuesta de educación “como forma específica de llenar al hombre y a la mujer del Espíritu de Cristo y contribuir a la edificación de un mundo más humano y más justo”

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