El calor dio un respiro para que miles de romeros no se perdieran una cita única en La Esperanza.

07.08.2016. El Rosario.

Todo estaba de cara para que la XLII Romería de La Esperanza fuese un éxito y así salió. Pese a que días atrás las altas temperaturas hicieron sonar las alarmas, ya las últimas previsiones hacían presagiar que no sería para tanto gracias a un pequeño descenso en el termómetro. Esta circunstancia, unida a la entrada de una ligera brisa y a la previsión del área de Fiestas de adelantar a las 11:30 el comienzo de la romería (en lugar de a las 13:00 como venía siendo habitual) hizo que los miles de romeros, que madrugaron algo más que otros años, no se vieran defraudados.

Como siempre, en el día grande de las Fiestas en honor a Nuestra Señora de La Esperanza, los arcenes de la TF-24 a su paso por la Villa eran muestra del éxito de público con vehículos aparcados a ambos márgenes. Ya en el interior del pueblo, sonidos de fiesta: guitarras, timples, parranderos y melodías de folías o malagueñas (algunas con la isla de La Palma presente) entonadas en corrillos o a las puertas de los bares y lo quioscos. Un chorro de vino de la bota o una pella de gofio bien amasada en el zurrón y a esperar la bajada de la Virgen desde la calle Grano de Oro, eso sí, a la sombra mejor.

La cita dio comienzo oficialmente en torno a las 10:30 horas, con la celebración de la Solemne Eucaristía en la Parroquia Nuestra Señora de La Esperanza, que estuvo oficiada por el párroco José Domingo Morales. A continuación comenzó la procesión de la Venerada Imagen de Nuestra Señora de La Esperanza hasta la plaza del Ayuntamiento, acompañada por las autoridades locales e insulares, donde la Alcaldesa Honorífica de la Villa presidió, en un lugar destacado, el desarrollo de la Romería y donde recibió las ofrendas de las diferentes agrupaciones folclóricas, así como de todos los fieles que quisieron honrar a la Virgen.

Casi una veintena de carretas, varios cuerpos de baile folclórico, barcos, rebaños de cabras y parrandas y hasta un burro formaron el cuerpo de la XLII Romería de La Esperanza, que contó con la presencia de las autoridades locales e insulares, encabezadas por el alcalde del municipio, Escolástico Gil, y por el consejero insular Pedro Suárez y con la Romera Mayor de las fiestas, Yarixa Concepción Rodríguez, y sus damas de honor, en un lugar destacado.

La XLII Romería en honor a Nuestra Señora de La Esperanza se convirtió en una amalgama de miles de romeros que disfrutaron del tradicional recorrido por la calle de El Calvario. Pese a algún huevo duro lanzado con demasiada puntería (alguno amagó hasta con tirar una sandía), los romeros montados en las carretas no daban avío para compartir la comida y la bebida entre el público que abarrotaba la calle de El Calvario. Algunos como los de la carreta de la compañía Montesano repartían carne y salchichas a diestro y siniestro, y, aún así, parecía que nunca se les acababan las existencias, no en vano la compañía cárnica patrocinó el desfile de carretas. También desde la carreta de la empresa Egatesa, que cerró la romería, se hizo un gran esfuerzo para repartir comida a todo aquel que les pedía un bocado. Seguro que nadie se fue a su casa con el estómago vacío.

Como cada año cabe destacar el alto grado de participación del pueblo rosariero, quienes coparon los ventorrillos dispuestos a lo largo del recorrido, y el respeto a las prohibiciones, por razones de seguridad, de la participación de caballos en la Romería, así como de la práctica del “botellón” en la zona de baile de la plaza del Ayuntamiento, con el objetivo de fomentar el civismo y erradicar esta práctica de las fiestas populares. Y para los que se quedaron con ganas de más, a partir de las 16:00 horas, se celebra la verbena con “Los Rokers de Garachico” y la orquesta “Revelación”.

Mañana, lunes, día festivo en El Rosario, se cerrarán las fiestas de La Esperanza 2016 con el Festival Infantil, la quema del haragán y la última verbena amenizada por “Los Ideales”. A partir de entonces comenzará la cuenta atrás.

 

 

 

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