El amor entre caricias y besos

09.10.2016. Redacción

Por Mª José Godoy Bellas.

El amor es uno de los sentimientos más estudiados a lo largo de los siglos. Recordando algunos filósofos como Aristófanes que afirmó que el amor es el sentimiento más grande que tiene el ser humano y que nada se puede comparar con el placer de sentirlo. Platón difería de las conclusiones de Aristófanes y reclamaba al amor de poseer al ser humano por sus faltas y no por su voluntad, pues es una condición del ser humano el desear lo que no se tiene, aburrirse cuando se tiene y desecharlo para necesitarlo otra vez.

Pero, ¿Qué hay de cierto en estas teorías? ¿Está el ser humano preparado para amar?

Estas dos teorías contrapuestas aún hoy latentes me llevan a pensar que el ser humano todavía no tiene claro qué es el amor. Vivimos en una sociedad en la que cada día nos creamos nuevas necesidades. Nos encanta la formula “necesito”: “necesito cambiarme de coche, necesito unos zapatos nuevos, necesito otro móvil, necesito apuntarme a un gimnasio”, etc.

Si pensamos en el consumismo que nos rodea, esto puede ser comprensible; a muchos les interesa que pensemos así, aunque eso no lo justifica. Pero es peor cuando trasladamos estas ideas al marco de las relaciones, y más concretamente a las relaciones de pareja.

Ya Sternber evaluaba las relaciones de pareja con su famosa teoría “Escala Triangular”, donde analizaba los elementos básicos de una relación que son Intimidad, Pasión , Decisión/ Compromiso. El compromiso se basa en decidir que se quiere a alguien. La intimidad implica la cercanía. se basa en compartir información sobre el otro, actividades… La Pasión es el gran deseo sexual o romántico, pero también es el deseo de compartir algo sin tener deseo sexual.

Tantas teorías, tantos estudios a lo largo de los siglos para algo tan simple como es quererse a uno mismo, querer a los demás donde la base principal es el respeto y la humildad; el entendimiento y la comunicación y todavía no sabemos o no tenemos claro qué es el amor. Muchas veces nos preguntamos cómo sé que quiero a alguien. ¿Será verdad que me quiere?

Creo que el elemento clave está en la pérdida de fe en el ser humano y en la falta de expresión de cariño basado en el contacto físico como son las caricias, los abrazos y los besos. A veces resulta tan extraño que las personas nos abracen no estamos acostumbrados a estos tipos de manifestaciones. Las expresiones de afecto a diario son vitales en las relaciones con los demás. Un beso, un abrazo, una caricia, o cualquier muestra de amor generarán innumerables cosas positivas.

Me quedo con esos abrazos apretados que tanto necesitamos y que tanto nos cuesta pedir.

María José Godoy Bellas

María José Godoy Bellas

María José Godoy Bellas

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