María José Godoy Bellas20.10.2016. Redacción.
Por Mª José Godoy Bellas.
Vivimos una época bañada por el miedo, miedo a la verdad que paraliza a la sociedad actual; miedo a hablar; a expresar nuestras emociones; miedo a ser uno mismo; miedo a amar; miedo a comprometernos con algo o alguien, y así un sinfín de miedos.
Los antiguos ilustrados consideraron la adquisición de conocimiento como el fin único de la vida, pues lo asociaban a la plenitud y a la felicidad. En el lado opuesto, los defensores de la ignorancia y envidiosos de los ilustrados argumentan que el conocimiento no siempre va acompañado de felicidad. Algunos genios y eruditos fueron personas infelices.
En la época actual lo que estamos viviendo en nuestro panorama político es la creación de una sociedad de ignorantes. Personas no preparadas son las ideales para el sistema político actual, ya que son fácilmente manipulables. Si nos vamos a la parte económica Joaquín Estefanía dice en su libro La economía del miedo: "El miedo ha sido siempre fiel aliado del poder. Nos han inoculado el miedo a la inseguridad económica, al paro, al otro, al que viene a disputar los pocos empleos que se crean… Y ese miedo que adopta rostros inéditos, da paso al cabreo y a la indignación: estamos entrando con lentitud en esa segunda fase”. Esto ha traído que los gobernantes actuales deseen un pueblo dividido, sumiso, manipulable. Cuánto más ignorantes sean, más posibilidad de manejar sus mentes y sus votos. ¿Qué ha pasado con en el hombre? ¿Dónde está su esencia? ¿Por qué el ser humano es desconfiado? Porque tenemos miedo a que nos engañen. Esta duda surge cuando no somos demasiado inteligentes. La inteligencia se prepara para aquello que no conoce e incluso lo intenta comprender y sobre todo vivirlo, experimentar, disfrutar, amar sin explicaciones, sin miedos y sin temor .Esto sería una mente abierta, libre, valiente. Una persona aventurera capaz de arriesgar, de equivocarse por ella misma. En definitiva, se trata de vivir nuestra propia vida sin temores.
El mal del siglo XXI es atemorizarnos y convertirnos en seres individualista: de esta forma seremos más manipulables .Nuestros sistemas políticos y religioso nos han estado alimentando durante siglos sobre cuestiones que para nosotros son tan surrealistas, como es el miedo a lo misterioso, a la muerte por lo que no somos capaces de liberarnos. Me quedo con esta cita de Napoleón Bonaparte: “La religión es excelente para mantener tranquila a la gente común”. Pero el gran enemigo del miedo es el coraje. Éste marcará el antes y el después de los seres humanos.
