07.06.2025 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Comenzamos el mes de junio de 2025 con la misma velocidad que se van nuestras vidas. No tenemos tiempo ni para pensar, especialmente si estamos ocupado con muchas cosas asociadas al terreno laboral. Eso quiere decir que tenemos que aprovechar todo lo que la vida nos va regalando que sea interesante para nuestras familias y para nosotros mismos. El tiempo se agota, pasa rápido y sin darnos cuenta finalizamos otro año de nuestras vidas.
Por otro lado, tengo que reconocer que hay muchas personas que son muy reservadas, que guardan celosamente sus vidas privadas. Es muy respetable. Cada uno hace de su vida lo que quiera. Esas son sus vidas y no la mía. Sin embargo, y en lo que a mi se refiere, me abro en canal para sacar todo lo que llevo dentro. Es un desahogo que alivia todo mi cuerpo. Pero también lo hago para transmitir cosas positivas.
Por supuesto que expongo todo lo que me hacen en un Hospital, lo hago para que la gente vea como es la lucha y para que sirve luchar contra una enfermedad. En mi caso, contra un okupa ilegal oncólogico. No hay que avergonzarse cuando nos desnudamos con la palabra, argumentado que hay muchas salidas para vencer al cáncer. Es por ello, que enseño mis tratamientos absorbidos a través de mi reservorio.
Del mismo modo, para que vean que no es nada fácil cuando estamos sometidos a la disciplina y pautas de un Hospital. Es nuestra ITV nuestra revisión. Es por ello, que no se enfaden cuando pongo fotos de los sueros, corticoides, bolsas de sangre y hierro en uno de mis brazos. Ese es mi tratamiento, mi esperanza de seguir con vida. Es mi lucha permanente para salir invicto. Necesito de ese tratamiento para estar fuerte y para que mi salud cada día este mucho mejor.
Por lo tanto, para mi es muy respetable que las personas guarden sus vidas privadas. Mientras que yo necesito exponerlas para que la gente comprendan que toda lucha tiene un sentido y lo difícil que es llevarla a cabo. El día a día es muy complejo, pero no exento de ser vulnerable. Como todo en la vida, tiene sus lados débiles. Todos tenemos una historia que contar. Uno las guardan para siempre y otros la exponemos cada día.