Cuando alguien querido está muy enfermo.

17.10.2016. Redacción.

Por: María del Carmen García Mora.

Ante una enfermedad importante que pone en riesgo la vida de un familiar, podemos sentir miedo, impotencia, incertidumbre y dolor. Además, nos sentimos responsables de la situación.

Las reacciones emocionales ante esta situación pueden ser muy distintas. Algunas personas se sientes desarmadas y con miedo, otras sienten tristeza y dolor. Todos sienten preocupación e incertidumbre, ya que normalmente tenemos “la falsa creencia de que nuestra situación, nuestra familia, es algo fino e inamovible, que siempre va a estar ahí”. La enfermedad nos enfrenta a un cambio importante de nosotros mismos y de la estructura de la familia.

Además, la familia siente que no tiene el control de la situación. Su persona querida está enferma y sólo puede cuidarla, ya que las decisiones importantes sobre la salud de esta persona la van a tomar el personal sanitario que se encargue de ello. Los familiares que realizan el papel de cuidador se enfrentan a una alta exigencia para que actúe de manera correcta y adecuada en este cuidado, lo cual le provoca un fuerte desgaste físico y emocional.

Para hacer frente a este gran desgaste, los familiares pueden afrontar la enfermedad paso a paso:


* No podemos anticipar ni desesperarnos por la incertidumbre que tenemos sobre el futuro.

* Tendremos que centrarnos en el día a día. Aprovechar los buenos momentos y apoyar en los malos.

* Es aconsejable seguir adelante con nuestros planes y proyectos, adaptando estos a la nueva situación, pero nunca dejándolos a un lado.

* Es deseable que se compartan las tareas de manera que el cuidador principal pueda tener tiempos de descanso.

* Crear un ambiente abierto en casa, relajará las tensiones. No dejes que todo gire alrededor de la enfermedad y las consultas médicas.

* Buscar momentos agradables cada día que os permitan aparcar un rato las preocupaciones con actividades que no requieren mucho esfuerzo o cosas triviales que nos ocupan un tiempo y nos gustan, como cuidar las plantas, ver una película o escuchar música alegre en una merienda.

* Evitar pensamientos negativos o catastrofistas. Si estos pensamientos llenan nuestra mente nos sentiremos agotados y no podremos hacer frente a las exigencias del día a día. Para evitar estos pensamientos puedes:

- Cambiar tu lenguaje corporal. Mente y cuerpo están conectados. Si tomas una postura erguida y relajada, le estarás diciendo a tu mente que estás bien.

- Sonríe, tener pensamientos negativos y sonreír es incompatible.

- Habla sobre lo que te está preocupando.

- Intenta vaciar tu mente durante unos momentos, ayúdate con la respiración y podrás tener más calma.

- Cambia el enfoque de tus pensamientos. Pensar en todo momento en la enfermedad no te va ayudar. Intenta pensar en cuestiones cotidianas, planificación del hogar o del trabajo, por ejemplo.

- Muévete, cambia de postura. Activarás el cuerpo y la mente.

En definitiva, cuando tenemos un ser querido con una enfermedad importante, nosotros también nos sentimos enfermos y desarmados. Tenemos que cuidarnos, no abandonar nuestra vida y así podremos ofrecer lo mejor de nosotros a nuestro familiar o amigo enfermo.

Como decía al principio lo mejor es vivir día a día, ocuparnos de la situación e intentar hacernos fuertes ante la adversidad.

Cada día puede ser una oportunidad de disfrutar de nuestro ser querido.
 

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