Aquellas montañas

13.02.2019 | El Rincón Literario

Por: Rosario R.V

El día que conocí aquellas montañas, volví a recordar la esencia de mi niñez, la felicidad en las cosas sencillas, esa sensación de libertad que siento cada vez que vuelvo a ellas capaz de acentuar todos mis sentidos, lugar mágico en sus paisajes y huertas, admirando la riqueza de su tierra.

Vivencias grabadas a fuego en mi corazón, listas para plasmar en mis próximos microrrelatos, donde mis sentimientos protagonistas de todo lo que veía y sentía, se unieron a la experiencia de alguien capaz de transmitir amor y conocimiento de un lugar maravilloso, que al cerrar los ojos vuelvo a sentir y donde aprendí, que vale la pena, amar, ganar y perder porque ellas siempre estarán, convirtiéndose en mi lugar favorito.

Aquellas montañas

El día que fuimos a su encuentro estaba ilusionada,

conocería aquellas montañas tan especiales para ti.

El recorrido a ellas era único, impetuoso, majestuoso ...

y el silencio se apoderó de mí,

pensaba ...

no puedo hablar, estoy tan maravillada que no me puedo expresar,

y de repente comenzaste a enseñarme todo lo que sabías de ellas,

a transmitirme lo que habías vivido en aquellas montañas

de la manera más bonita que existe,

con ese sentimiento que solo lo consigue el amor por lo que se vive,

por lo que se tiene.
Desde aquel instante mi corazón pertenece a aquellas montañas,

las más bellas,

los MONTES DE ANAGA ¡¡¡

 

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