Un camino hacia la reeducación

01.08.2018. Redacción | Opinión

Por: María José Godoy Bellas

Profesora de Primaria. Miembro de Charter 100

¡Cuánto nos está costando deshacernos de un vocabulario sexista y de unos estereotipos donde la mujer en el siglo pasado se la veía encasillada dentro del trabajo doméstico¡

Afortunadamente los tiempos cambian y las mentes superan el pasado y aceptan la igualdad de oportunidades de aquellas primeras luchas feministas.

Hoy en pleno siglo XXI estamos trabajando desde las aulas un instrumento básico para poder trasmitir valores a nuestra sociedad. Es necesario que la población infantil esté educada bajo el marco de la igualdad, solidaridad y cooperación como base para prevenir situaciones de conflicto social y mejorar la convivencia. Es fundamental que establezcamos modelos de intervención para un sistema de educación coeducativo, capaz de educar a niñas y niños, que puedan desarrollar sus capacidades en igualdad, con corresponsabilidad y sin estereotipos sexistas y que permitan su desarrollo integral.

Es por ello, por lo que debemos proponer programas de formación al profesorado con el fin de implementar y desarrollar estos valores a través de un planteamiento de transversalidad en proyectos educativos que estimulen y potencien actitudes positivas respecto a la educación en igualdad de género. Así mismo, que también se contemple dentro del currículo una serie de contenidos para las diferentes edades del alumnado y que invite a la reflexión y crítica sobre aquellos aspectos que puedan generar discriminación entre personas por el mero hecho de ser de distinto sexo.

En definitiva, educar desde la inclusión estableciendo caminos de participación, donde se elaboren pautas de convivencias que garanticen la igualdad de oportunidades; implantar canales de comunicación que nos permita construir una reflexión colectiva ; fortalecer el diálogo y potenciar la escucha activa con nuestros estudiantes y familias que alcancen abordar diferentes situaciones de violencia dentro del marco familiar y escolar, con el propósito de conocer qué sucede y por qué no se debe naturalizar ciertos comportamientos.

Un camino que poco a poco irá dando frutos en unos jóvenes como futuro de una sociedad más abierta, logrando unos cambios satisfactorios en las relaciones sociales y adquiriendo compromisos para su bienestar.

María José Godoy Bellas

María José Godoy Bellas

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