Cavilaciones

15.11.2020 | Redacción | Relato

Por: Isa Hernández

Sentada en su escritorio comenzaba a escribir su relato para plasmar las ideas que la estaban invadiendo sin ni siquiera desear pensarlas, porque le daba cierto repelús esas cavilaciones. Y, sin embargo, no podía dejar de percibir lo que se producía en su interior, como si una película pasara por delante de sus ojos brunos, como si se le deshabitara la mente. Transitaba por el pasillo de su casa y según avanzaba se cerraron de golpe las puertas de las tres habitaciones. En el momento pensó en una corriente de aire y siguió hasta la cocina para cerrar la cristalera, y su sorpresa fue que estaba cerrada. La abrió de par en par a conciencia para otear si hacía aire y, todo estaba en calma. Entonces repasó en si había dejado las ventanas de las habitaciones abiertas y se disponía a revisarlas y, en ese preciso instante se abrieron las puertas como por arte de magia. Se quedó quieta con los ojos desorbitados, con la piel erizada y sin poder moverse. Requería comprobar las ventanas, pero seguía inhabilitada, como si una fuerza invisible la sujetara o le pegara los pies al suelo. Recuperó el pensamiento y su mente se habitó de nuevo, y ello la restituyó a la realidad. Entró en las habitaciones y las ventanas estaban cerradas y todo lo demás estaba en su lugar, igual, como si todo el relato fuera inventado. 

 

Imagen de archivo: Isa Hdez

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