El CSC La Tegala acoge una exposición sobre los 25 años de tradición de los Diablos en Haría

14.06.2019 | Haría

La sala de exposiciones del Centro Sociocultural La Tegala, en Haría, inauguraba ayer la muestra ‘La danza del fuego. XV años’, dentro del programa de actos con motivo de las fiestas patronales de San Juan Bautista en el norte de la Isla. En ella se recoge la historia de esta tradición, así como distintas imágenes, atuendos y objetos relacionados con los Diablos de Haría.

El municipio norteño ha vivido siempre la noche de San Juan de una manera especial. Desde su creación, los Diablos de Haría forman parte esencial de esa noche mágica. Su Danza del Fuego, junto a la quema de Facundo, se ha convertido en un gran atractivo no solo para los residentes, sino para todas las personas de la Isla y visitantes que se acercan esa noche hasta Haría para conocer esta tradición.

Todo comenzó en 1994, cuando dos personas residentes del municipio de Haría decidieron organizar algo diferente y llamativo para las fiestas de San Juan. Con la creatividad y la diversión como elementos principales, pusieron en marcha una iniciativa que con los años se convirtió en una seña de identidad para Haría. Así surge la idea de convertir la víspera de San Juan en una noche mágica donde el fuego y la creación de los Diablos de Haría se unen para realzar los valores propios de esa celebración. Estas dos personas querían que el grupo estuviera formado por residentes en el municipio, por lo que comenzaron a proponer su idea entre los jóvenes de cada pueblo. Finalmente, formaron un grupo de doce componentes.

Una vez formado el grupo, comenzaron a definir su estética. Sus fundadores definieron y diseñaron las caretas, que son únicas en su creación, puesto que se rompe el molde una vez realizadas. Esta decisión fue tomada bajo el criterio de mantener la exclusividad y originalidad del diseño. Por otro lado, las mujeres del grupo se encargaron de diseñar y confeccionar la vestimenta de cada uno de los componentes.

Aunque la iniciativa y organización de los Diablos partió del grupo, el Ayuntamiento de Haría colaboraba con ellos costeando el material necesario para la realización del espectáculo.

En su inicio, la quema de Facundo acontecía en la explanada frente al Taller de Artesanía. Acto que tiene su historia antes de la creación de los Diablos, por lo que nadie esperaba que al apagar las luces para iniciar la quema aparecieran unos diablos con antorchas de fuego, con el sonido de los cencerros y con unas caretas y vestimenta que causaban expectación y misterio entre los allí presentes. Salían de sitios escondidos, de las alturas y de lugares inesperados, creando tal espectáculo alrededor del fuego, que inmediatamente recibieron el aplauso y la admiración de todos y se convirtieron en parte esencial de la fiesta.

En sus primeros años, la aparición de los Diablos en la hoguera de San Juan era un misterio para el público asistente, ya que ellos solicitaban que no se les anunciara en la programación de fiestas. El propósito de este grupo era mantener la exclusividad de su actuación en esa noche de San Juan y así superarse cada año mejorando y creando un mayor espectáculo, sin buscar un afán económico.

Veinticinco años dan para mucho. Unos han salido y otros han entrado, pero siempre se ha mantenido la historia inicial de los Diablos. Tanto es así, que se ha mantenido el diseño original de la vestimenta y de las caretas. Continúa la ilusión por aparecer cada año y, sobre todo, la ilusión de las personas que durante años han crecido viviendo una noche de San Juan con los Diablos de Haría.

De esta forma, lo que comenzó como un juego divertido se ha convertido en un acontecimiento con un cuarto de siglo de historia. Los organizadores siguen manteniendo el misterio como parte de las fiestas de San Juan, aunque en el año 2000, cuando Telecinco retransmitió las campanadas desde Haría, participaron en el programa, y también han asistido a algunos eventos privados. Eso sí, siempre se ha querido preservar la ilusión, evitando que el público conozca quién está detrás de cada máscara.


 

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