15.02.2024 | Redacción | Poesía
Por: Julia González Armas
Autora del libro: "Versos del Corazón"
Maria de Jesús de León
La que hoy es la Siervita
Era del pueblo del Sauzal
De una humilde familia.
Desde pequeña acudía
A la Iglesia de San Pedro
Donde ella fue bautizada
Alla por el mil seiscientos.
Sentia mucha admiración
Por una imagen que allí había
Era del niño Jesús
Que aun se conserva hoy en día.
Cuentan que cuando ella
A la Iglesia se acercaba
Él le habría la puerta
Para que ella rezara.
Muy cerca de la Iglesia
Había plantado un laurel
Que por protegerla a ella
Hasta dejó de crecer.
Su madre era tan pobre
Después de quedarse viuda
Que la dio en adopción
A una familia en la laguna.
Viviendo con esa gente
Ella rezaba y lloraba
Porque por ellos fue
Humillada y explotada.
Luego vivio con unos tios
Y después en La Orotava
Y su humildad y pobreza
Siempre la acompañaba.
Ella no quería riqueza
Ni salir a divertirse
Su mayor deseo era
En un convento recluirse.
Por fin lo hizo y se fue
A un convento Dominico
Y allí comenzo a hacer
Sus obras y prodigios.
Se castigaba a si misma
Y allí siempre trabajaba
Y en el jardín del convento
Ella con una Cruz cargaba.
Periodos de levitación
Y en la piel sus estigmas
A todos ella asombraba
Por lo dones que tenía.
A América se fue un día
Por su don de la bilocacion
Y al pirata Amaro Pargo
Ella alli libero.
Aunque ella con el no estaba
En ese justo momento
Porque todos aseguraban
Que seguía en su convento.
Y aunque todos pensarán
Que eso no podía ser
Ella podía estar
En dos sitios a la vez.
El daba fiel testimonio
De los milagros que ella hacía
Se consideraba su amigo
Y siempre la protegía.
El día que ella murio
Su cuerpo olía a Santidad
Y la sangre le fluía
Con gran luminosidad.
Aún hoy sigue incorrupta
Y la van a visitar
Han puesto una imagen suya
En su pueblo del Sauzal.
Por todo esto mi Siervita
Y por muchas cosas más
Seras Santa para siempre
Y en el cielo reinaras.
Y desde allí a esta tierra
Tu siempre cuidaras
Y tu vida y tu historia
Jamás se olvidaran.