Tagoror Digital28.09.2016. Icod de Los Vinos.
Un emocionado Luis Morera, con su dulce y melodiosa voz, cargada de la suavidad característica de su tierra natal, la Palma, hizo balance de su vida, relatando el cómo un día se le quedó a su alma de artista pequeña la isla. Vistió como siempre, habló como siempre, cantó como siempre, pareciera que estuviera en un escenario cualquiera, de los de siempre. Y es que Luis Morera, " un artista que desde pequeñito entra en el mundo de la creatividad, y que – en sus propias palabras- a punto de cumplir los 70 años sigo creando y definiéndome como artista, músico... Creo que soy una de esas personas casi del Renacimiento, de los poquitos que ahora mismo ejerce tanta cobertura en el tema del arte, abarco muchas cosas porque desde que nací no he vivido para otra cosa".
Subió al escenario tras la presentación que de él hizo el acalde de la Ciudad de Icod de los Vinos, Francis González, con el paso largo y la cabeza baja, con el recelo de quién sabe que sus ojos están llenos de mares, de recuerdos y de las miradas de otros. Y así comenzó su discurso improvisado, hablando de su abuelo que le enseñó a ser respetuoso...Desgranando con paciencia infinita sus vivencias y poniendo en cada una de ellas un acento reivindicativo, plagándolas de anécdotas y aderezando todo con música..."Vienen a mi mente todas las cosas que me contaba abuelo de ti... Habana, la seda ida entre los mares...Habana, hermosa dama del Caribe...
Los políticos de esta tierra dejan de tener la mente en blanco para el arte.
El Luis Morera, cantante, pintor, poeta, - en otras palabras-, el artista multidisciplinar que ha hecho de su capacidad de soñar y sembrar cultura la razón de sus días, habló de Taburiente y de la Contra, de sus anécdotas de “pelo largo y de sus vuelos de gaviota en Madrid”, del mensaje de sus canciones que, consciente e inconscientemente, se han quedado en la historia como auténticos himnos, entre ellas, "Folía del campesino", "Ach-Guañac" o "Manifiesto".
Pero no dejó de expresar su sabor agridulce ante la vida, “siento que mi voz ha triunfado, pero no mi arte… El haber sabido aislarme de la pobreza cultural que hay en mis islas y seguir soñando es lo que me mantiene con esta ilusión, pues mi cabeza no entiende otra cosa que soñar, amar la vida, pero a punto de cumplir los 70 años siento el castigo político por pensar libre”.
“Hay una desgana institucional para lo cultural y para triunfar, el canario tiene que salir fuera, y ese es el mayor error de esta tierra”… Y Luis Morera hablaba, y al público le parecía que estuviera cantando: “vivimos en estas islas agazapadas del agua,/en un sueño inmenso que nos hace universales,/aquí la vida comienza/mientras en otros sitios acaba,/por un lado América/y por el otro, África”. Porque una de las voces cimeras de Canarias tanto cuando habla como cuando canta, siempre trasmite un mensaje. Lo hace sin cambiar el tono de voz, sin enfatizar en exceso, con esa timidez suya – tan propia de los grandes hombres-, que lo mismo habla de pobreza que recrimina el abandono de los artistas en su tierra, “pienso que mi legado va a valer la pena, pero la pena que me llevo es no haberme realizado como artista en La Palma, en Canarias”.
Luis Morera puede y debe ser lo que César Manrique a Lanzarote, sin embargo dijo: “cuando uno no se casa con nadie y dice lo que piensa, en una democracia falsa, los políticos te lo cobran”.
Mestisay y Luis Morera.
En Icod de los Vinos, se esperaba la palabra y la voz de un hombre que sigue manteniendo intacta su capacidad de asombro ante el mundo. Y el público aplaudió su intervención y agradeció el regalo de su voz en tres canciones que interpretó a continuación. Y luego llegó ella, Olga Cerpa, la voz de Mestisay para hacer un recorrido por algunos de los temas más emblemáticos de su carrera, poniendo el punto y final con Luis Morera en el escenario para cantar, con el público puesto en pie, “En busca de Valentina”.
