25.08.2020 | Redacción | Relatos
Por: Jesús Lara González de Quevedo
¿Sabéis que?...
Este año me propuse tener la intención de que cambiaran muchas cosas de este mundo.
Una de ellas y creo que la principal, es ese odio, ese rencor que se respira en el ambiente.
Tanta envidia y tanta vanidad que desprenden muchas personas en la calle, en un bar, en el trabajo e incluso en las redes sociales.
Siempre estando a la defensiva de todo, con la pinturas de guerra tatuadas en la cara, convirtiéndose en marcas imborrables de por vida.
¿Sabéis que?...
La vida cambiaría solo si tuviéramos diariamente una palabra bonita para alguien sin necesidad de conocerla.
Unos simples buenos días, complementados por una pequeña sonrisa.
Unas buenas tardes, acompañada de un ¡Qué bien te sienta esa blusa¡
Incluso un gesto de alegría o empatía hacia esa persona con la que nos cruzamos en cualquier instante.
¿Sabéis que?...
Me encantaría que lo probarais, aunque solo fuera una vez y me dijerais
¿Cómo os ha sentado el hacer feliz a una persona con un simple y modesto gesto de felicidad? Y ¿Cuánto os ha costado hacerlo?
Estamos tan saturados de problemas que nuestra alma pide a gritos un cariñoso abrazo, un cálido beso o simplemente alguien que se siente a nuestro lado en silencio y nos acompañe en aquel banco del parque, aquella playa a la orilla del mar ó en cualquier otro lugar que utilicemos como nuestro refugio, donde nos sentamos a reflexionar en las tardes solitarias.
¿Sabéis que?...
No es que intente saber más que nadie, ni os voy a decir como tenéis que actuar, pero desde lo más profundo de mi corazón y mirando a los ojos de muchas personas cuando paseo por la calle, noto esa tristeza interior que nos parte el alma y no tenemos a nadie con quien conversar para poder soltar todo aquello que nos está anulando como ser humano y como persona.
Pero, si deseo más que nadie que la sonrisa vuelva a vuestros labios, que recuperéis ese entusiasmo que os hacia ser felices, dejando las preocupaciones a un lado y que saquéis a ese niño interior que todos llevamos dentro, aunque ahora por miedo no quiera salir...
La vida puede ser mejor, si solo guardamos los momentos felices de nuestras vidas y encerramos para siempre, todo aquello que nos causa dolor.