Sólo está solo quién no se ama

16.06.2020 | Redacción | Relatos

Por: Magdalena Barreto González

Hoy la realidad me dio un pellizco de esos que se dan con mala leche, como para vengarse de algo.

La soledad se coló por la puerta y se instaló en mi casa, como si fuera la suya, con total y absoluta confianza. Se sirvió hasta un café y de forma repentina tuvimos una charla inesperada. Una conversación elocuente, una complicidad sin palabras.

Hay instantes en los que toda tu vida pasa por delante de tus narices y eres más consciente que nunca de que la realidad que vives no tiene nada que ver con aquella que imaginaste algunos años atrás. 

Es doloroso descubrir que tu mochila de sueños se ha ido quedando cada vez más ligera, no porque se hayan cumplido sino por los que perdiste en el camino del vivir.

Dicen que los sueños no entienden de edad y por momentos me aferro a esta máxima para que mis ilusiones no envejezcan y los proyectos que siguen ahí, no caduquen ni mueran de hastío.

Me preocupé más de los patrones de mi vida que de ponerme a tejer sueños. Ha ido pasando el tiempo y quizás me olvidé de coser. Así sigo, con rotos en el alma y parches en la piel. Siendo la misma de siempre, pero muy distinta a la de ayer. Ese ayer que hoy parece lejano y que a veces se empeña en volver poniéndome la zancadilla, para no dejarme ser.

Y después de varias horas de charla igual que vino se fue. Sin pedir permiso abrió la puerta y con mirada serena amenazó con volver - "Si yo te dejo"- pensé. Y como si hubiera leído mi mente, añadió: "no seas ilusa, lo quieras o no lo quieras, no necesito permiso para volverte a ver. Eres tú quien decide en calidad de qué. Puedo ser tu aliada si asumes que la soledad no es tan mala. O en cambio, ser la visita inesperada que te deje contrariada y te desarme la piel.

Entre una cosa y la otra, sólo es cuestión de asumir que en la vida sólo está solo quien de verdad no se ama”-

Magdalena Barreto González.

Magdalena Barreto González.

Magdalena Barreto González.

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