El ascensor de Radio Popular.

07.12.2017. Redacción / Opinión.

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

El ascensor que está en un edificio de la calle de La Carrera, en La Laguna, junto al Hotel Aguere y frente al Teatro Leal fue el primer elevador que se instaló en una finca urbana en la histórica ciudad, donde tuvo durante muchos años su sede Radio Popular, dependiente del Obispado Nivariense y dirigida por el padre don José Siverio Pérez, canónigo de a Catedral de la Diócesis tinerfeña y que en la actualidad disfruta en su villa natal de Los Realejos de una merecida jubilación, tras haber realizado una inmensa labor pastoral, periodística y artística, como pintor y restaurador de numerosas piezas escultórica y arquitectónica de nuestro vernáculo patrimonio artístico.

Don José, como director de la emisora radiofónica, integrada en la Cadena de Ondas Populares Españolas (COPE) ejerció como maestro de periodistas y locutores y siempre ejerció con una gran responsabilidad, pero con una postura abierta, condescendiente, que dejaba ser y hacer a las personas de las que era jefe.

A finales de los años ochenta del pasado siglo, tuve el placer de colaborar con el padre Siverio, como miembro de una tertulia diaria que se emitía por las noches, que se llamó "El Remache", en la que también participaban José Moreno, Ricardo Acirón, César Fernández Trujillo, Jorge Bethencourt, Leopoldo F. Cabeza de Vaca, entre otros y que tuvo bastante éxito de audiencia e aquella época

Repasado este período de mi vida profesional, me acordé casualmente de que aquel ascensor, que ya digo que fue el primero que se instaló en un edificio del casco lagunero, era una atracción a finales de los sesenta para los chiquillos de la época, que nada más terminar las clases en el Colegio de los Hermanos de La Salle, en la misma calle de La carrera, nos dirigíamos en grupos hasta el portal del inmueble y nos subíamos en el ascensor, por la novedad que representaba para nosotros y porque lo utilizábamos casi como una atracción de feria.

Durante unos minutos, sigilosamente, disfrutábamos subiendo y bajando en aquel novedoso elevador, hasta que el portero de la finca nos oía y salía con un gran palo en la mano, con la intención de que alcanzáramos algún golpe por aquella pillería infantil, con a suerte de que nunca nos trancó, porque salíamos corriendo a la calle, con tal rapidez que los talones de los pies nos llegaban al trasero y nos perdíamos por La Carrera hacia abajo.

Años después, muchas personas que acudían a la emisora, para participar en algún programa, cuando subían en el ascensor y se paraban en el cuarto piso, donde estaba Radio Popular, creían que se quedaban atrapados y tocaban la alarme. Y es que resulta que a la caja elevadora se accedía desde el portal por un lado de la misma, y se salía de ella por la parte opuesta cuando se paraba en las distintas plantas. Y mucha gente, que no conocía esa particularidad pensaban que se había quedados encerrados entre dos pisos.

Una curiosa anécdota que sucedía un dia y otro también, por lo que las personas que colaboramos en la emisora estábamos atentos si esperábamos a uu invitado, para abrirle la puerta del ascensor en cuanto llegaba al cuarto piso, con el fin de evitarle un susto innecesario. Y eso.

Paco Pérez

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