La Tauromaquia: ¿Fiesta Nacional?.

24.03.2017. Redacción / Opinión.

Por: Marisa Ruiz Asensio.

La tauromaquia es considerada por muchos como una ``fiesta nacional´´ definida como un ``arte´´ en el que un ``maestro´´ acaba con la vida de un ``salvaje animal´´ dando ejemplo de ``valentía y fortaleza´´. Sabido esto, la pregunta es: ¿Qué tipo de arte es matar a un animal indefenso que ha sido anteriormente drogado y maltratado durante varios días anulando su capacidad cognitiva y motora?

Para los que no lo sepan los toros que se designan para ser toreados en las plazas y divertir a una parte de la sociedad que disfruta con la tortura y el dolor de un animal han sido sometidos a verdaderas barbaridades antes del espectáculo. Un día antes de salir a la plaza encierran al toro en un habitáculo a oscuras para que al salir la luz y los gritos del público lo alteren, le produzcan pánico e intente huir saltando las barreras, lo que da la sensación de ser un animal feroz al que se enfrentará un torero valiente. Al toro se le afeitan en vivo los cuernos para que en caso de rozar al torero el daño sea menor, le cuelgan sacos de arena en el cuello para agotar su resistencia, le inducen diarrea poniendo laxantes en su comida así como que le abrasan el intestino a causa de los sulfatos que le mezclan con el agua; a todas estas prácticas aberrantes hemos de sumar el que le untan los ojos con vaselina anulando su visión además de poner en sus patas una sustancia que le provoca un ardor horrible impidiendo que el animal pueda parar quieto para que el torero no desluzca su actuación. En muchas ocasiones a los toros se les rasgan los músculos del cuello para evitar movimientos bruscos e impidiendo así alguna cornada que suponga un perjuicio al ``maestro´´. Además de todo esto hay que añadir que le incrustan bolas de algodón por las fosas nasales para dificultar su respiración y le inyectan fármacos hipnóticos anulando parte de sus sentidos.

No sólo los toros reciben estos tratos sino que a los caballos de los picadores también le realizan prácticas realmente horribles dignas de seres deleznables. Para empezar utilizan a los caballos de mayor edad, aquellos que apenas pueden andar ya que sus reflejos son menos pronunciados por lo que muchos reciben quebraduras de costillas o destripamientos. Los caballos son drogados y se les llena las orejas con papel mojado de periódico para que no escuchen el alboroto ni comprendan la realidad y salgan corriendo. Los petos que supuestamente le protegen no es para eso sino para que el público no vea que muchos están malheridos y con las vísceras fuera ya que a algunos se les ha vuelto a meter los intestinos y tripas que se les han salido debido a los fuertes golpes. Para no molestar al espectador relinchando se les amputan las cuerdas vocales y si por lo que sea no acceden a la labor que tienen como cometido en la plaza se le queman los testículos con descargas eléctricas y se les tapan los ojos.

Y ahora yo me pregunto ¿Qué clase de sociedad puede divertirse con estos actos? ¿Qué persona en su sano juicio disfruta con semejante espectáculo?¿Qué ser humano dedica su vida a ponerse un ``un traje de luces´´ y asesinar a un animal que ha sido torturado con tanta maldad? ¿Soy yo o nos estamos convirtiendo en unos monstruos sin sentimientos cuya capacidad de amar ha muerto? Estamos destruyendo con nuestros actos lo más bello de la tierra, todo lo salvaje y libre, todo lo hermoso, todo lo que merece la pena y no nos damos cuenta que somos una raza más, la raza humana, la raza que se diferencia de las demás pro tener raciocinio pero que deja a la luz la clara maldad e inestabilidad mental que posee.

LA TORTURA NO ES CULTURA¡

Marisa Ruiz Asensio

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