Noticias muy desagradables y esperpénticas

20.10.2018. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

Lo malo, lo desagradable y lo esperpéntico es lo que "vende" y aumenta las audiencias de los medios informativos actuales. Hace bastantes años, si alguien quería conocer noticias negras, de sucesos destacados, compraba "El Caso", un periódico muy aceptado en clases populares por ser sensacionalista, un tabloide que llegaron a calificar como "el de las criadas", con todo mi respeto y admiración, dicho sea de paso, a las sacrificadas empleadas del hogar.

Son los programas basura los que más se ven en la TV, y parece que las emisoras de radio y los medios escritos, tanto digitales como tradicionales, se han sumado a la fiesta, contándonos desgarradoras noticias que uno preferiría no saber, por ser tan desagradables como ciertamente increíbles, aunque ciertas.

En los últimas días me han llamado mucho la atención, en concreto, tres noticias muy significativas de lo que es capaz de llegar a hacer el ser humano. Sin analizar su calado, les voy a contar por encima estos tres tristes sucesos.

El primero hace referencia al asesinato de un periodista saudí en la sede del Consulado de su país en Estambul, cosa que no sería de extrañar porque se cometió por agentes secretos de los bajos fondos de aquel estado, pero sí es de destacar la macabra forma de cometer el crimen, que tardó en consumarse siete largos minutos. La víctima tuvo una agonía que no sé cómo calificarla, porque los autores fueron mutilando poco a poco las extremidades de la víctima con el periodista plenamente consciente de lo que hacían. Y ante los gritos y lamentos del reportero asesinado, los autores del hecho pusieron música clásica para que sus quejidos no se oyeran en el exterior del edificio diplomático. No tengo palabras.

Por otra parte, hay que reseñar otro luctuoso hecho. El de una pareja joven de un chico y una chica nacidos y residentes en la Isla de Reunión, en el Pacífico, que deciden viajar a Sevilla y suicidarse conjuntamente al encender un brasero en el baño de una habitación de un hostal céntrico de la capital andaluza, acabando con sus vidas de una manera rápida y "dulce" (como si existiese un óbito agradable), porque con la falta de oxígeno hace que las víctimas pierdan la conciencia paulatinamente y queden "dormidos". Otro capítulo de histria negra, con un misterio sin resolver. ¿Por qué esta parejita decidió poner fin a sus vidas en Sevilla, a miles de kilómetros de su lugar de origen?

Y un tercer detalle informativo, que también es realmente espeluznante, protagonizado por dos verdaderos bestias: unos guardas jurado de Asturias, que mataron a un lobo por los montes del Principado, al que luego ataron a la rueda de repuesto, en la parte posterior del vehículo todo terreno oficial y lo exhibieron como un valioso trofeo por varios pueblos de una comarca, como si fueran unos auténticos héroes. Ese es el nivel cultural y la sensibilidad de algunos desaprensivos. Y así se explica uno muchas cosas que otros días, si me apetece, les contaré, amables lectores. 

Paco Pérez

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