Tabaco: Gracias, ya no fumo

26.03.2018. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

El consumo de tabaco es muy perjudicial y mucha gente fumadora quiere ignorarlo porque prefiere seguir inhalando humo, pensando seguramente que los cigarrillos no le afectan a su organismo.

A mí no me hace falta que me lo diga nadie, porque he sufrido sus consecuencias durante años y de manera notoria. Baste decir que el tabaco fue el principal causante de mi ingreso en una unidad de cuidados intensivos cuando contaba con solo treinta y cuatro años de edad, por un infarto agudo de miocardio que casi me manda al otro mundo. Está claro que hubo otros causantes, como la influencia genética, el exceso de trabajo, el estrés y el acoso laboral que tenía en el periódico en el que entonces trabajaba, pero el "fumeque" desempeñó un papel importante en aquel desenlace.

Dejé de fumar durante unos años a raíz del grave percance, pero recaí en el mal hábito de coger un cigarrillo, hasta que ocho años después se repitió el episodio cardiaco... Llegaron los cateterismos y la implantación de "stents" en las arterias coronarias, con lo que se logró destupir las tuberías que van al corazón, que estaban obstruidas por culpa del maldito tabaco.

Tras un largo período, volví a recaer con los odiosos cigarrillos, hasta que una cardióloga amiga me recordó que había tenido mucha suerte en mi vida y que no valía la pena que por el tabaco le estuviera dando la espalda a la fortuna.

Y decidí dejar "el vicio" para siempre...

Desde entonces procuro que mis amigos y conocidos se desenganchen de estos hábitos tan perjudiciales para la salud. Ya he visto morir prematuramente a muchas personas a causas de diversos sarcomas de pulmón, con cáncer de boca, de garganta y de laringe. Y a unos cuantos de muertes súbitas por accidentes cerebro vasculares e infartos de miocardio fulminantes. ¿Vale la pena fumar para terminar así?

Piénsenlo los que siguen fumando.

Creo sinceramente que los perjuicios son mucho mayores que el placer pasajero de coger un cigarrillo, porque como definió alguien, un pitillo no es otra cosa que un pequeño cilindro relleno de tabaco y muchos aditivos venenosos, con humo por un lado y un idiota por el otro extremo.

Paco Pérez

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