Tenerife, la isla maldita.

11.11.2017. Redacción / Opinión.

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

A diferencia de lo que ocurre en otras islas de este Archipiélago atlántico, como en Gran Canaria o La Palma, las distintas instituciones públicas de Tenerife no se entienden entre sí, no colaboran entre ellas ni solucionan problemas conjuntamente, porque cada una va a su bola y que se fastidie la población, que tiene que soportar la mediocridad manifiesta de sus autoridades.

Los dirigentes de Coalición Canaria, que han estado en el poder regional e insular en los tres últimos decenios han maltratado sin piedad a Tenerife y han convertido a la mayor isla del Archipiélago en el territorio más marginado de todos, tanto en infraestructuras públicas como en inversiones absolutamente necesarias, a pesar de ser también la isla más poblada.

Mientras en Las Palmas las inversiones en carreteras han sido elevadas y actualmente se está concluyendo la última fase de la moderna vía de circunvalación, a Tenerife se le niega un solución urgente al tráfico en el área metropolitana, porque el presidente del Cabildo es contrario a una futura vía de circunvalación de características similares a la de la capital grancanaria.

Por su parte, el vicepresidente del Gobierno Autónomo y consejero de Obras Públicas ha afirmado, con un rostro que se lo pisa, que no hay dinero para invertir en obras específicas y absolutamente necesarias en Tenerife, como la ampliación de la Autopista del Norte y tampoco hay financiación para terminar la configuración del ansiado anillo insular terrestre, con la ejecución del túnel de Erjos, para comunicar por carretera las vertientes norte y sur de la Isla.

La colaboración y la ayuda mutua entre instituciones es inexistentes. Las instalaciones de la Universidad de La Laguna tienen muchas deficiencias y nadie pone remedio. Como comentamos recientemente, los jardines del campus central de la ULL están completamente abandonados, porque la institución docente parece no tener recursos ni para cuidar un parque, cuando su mantenimiento podría solucionarse si el servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento lagunero se hiciera cargo de ese espacio público y el Cabildo sufragara los gastos de restauración de los jardines. Pero ni eso son capaces de ponerse de acuerdo tres instituciones que debería colaborar entre sí.

Yo no sé, ni me interesa, qué organismo es el encargado de mantener limpio y bonito el campus de Tafira de la ULPGC, la segunda universidad pública de Canarias, pero esto hay que verlo para creerlo. Así nos va en esta maldita isla de Tenerife.

 

Paco Pérez

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