Un segundo idioma, imprescindible.

Menos en Praga, la bonita e histórica capital checa, y en la encantadora París de la Francia, porque sus habitantes suelen ser poco amables y muy antipáticos, prácticamente en todos los países de Europa que he tenido la oportunidad de visitar, me he entendido siempre con los demás con el poco inglés que sé, muy básico, y que aprendí cuando cursé el bachillerato. 

En realidad, la inmensa mayoría de la población europea se expresa en su propio idioma y también domina la lengua de Shakespeare, porque es consciente de que se habla en todo el mundo y valora la importancia de poder comunicarse con infinidad de personas sin mayores dificultades lingüísticas. 

Ello se debe a la eficiencia de los programas educativos en casi todos los países del viejo continente, cuyas autoridades académicas siempre se han preocupado por enseñar un segundo y hasta un tercer idiomas, sabedoras de que las nuevas generaciones han de estar suficientemente preparadas, no como ha sucedido en nuestro país, donde incluso se ha dado más importancia al Latín, al Griego o a la Religión, en épocas recientes, que al aprendizaje de otra lengua. 

Aprender inglés y otro idioma, como el alemán o el francés, es algo que se ha convertido en imprescindible, y más aún en una región como la nuestra, tan dependiente del sector terciario y de los millones de turistas extranjeros que nos visitan cada año. 

Por ello y por muchos motivos más el Gobierno de Canarias y, en particular la Consejería de Educación, deberían hacer los esfuerzos necesarios y tomar medidas encaminadas a potenciar la docencia de otras lenguas entre los escolares isleños, aumentando las horas lectivas tanto en los colegios como en los institutos de bachillerato. E incluso organizar actividades extraescolares en inglés y/o en alemán o francés. Por aportaciones que sean útiles que no quede. 

pacopego@hotmail.com 

Fotografía: Jelleke Vanooteghem
Paco Pérez

Paco Pérez

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