Violencia psicológica.

26.11.2016. Redacción

Por: María del Carmen García Mora

Psicóloga General Sanitaria

Colegiada T-1412

Por desgracia la violencia de género ejercida hacia la mujer es noticia habitual en los medios de comunicación. Aunque desde las instituciones se intenta frenar dicha violencia, es cada día más habitual.

No voy a hablar aquí de las causas y efectos de dicha violencia, me gustaría dar a conocer la violencia de la que menos se habla y aunque se ejerce en diversos espacios (hogar, trabajo), me gustaría referirme a la violencia psicológica que ocurre en la pareja.

El maltrato psicológico de la mujer no es algo nuevo, pero cobra importancia por el aumento de este maltrato y por su denuncia como problema social.

El maltrato psicológico y emocional se caracteriza por ser sutil, camuflarse como interés o preocupación, pero realmente se basa en comportamientos intencionados, ejecutados desde una posición de poder y encaminados a desvalorizar, producir daño psíquico, destruir la autoestima y reducir la confianza personal. Su padecimiento lleva a la despersonalización, al mismo tiempo que genera dependencia de la persona que los inflige. El maltratador se vale para ello de insultos, acusaciones, amenazas, críticas destructivas, gritos, manipulaciones, silencios, indiferencias y desprecios.

Hablamos de maltratador porque, aunque se da maltrato de la mujer al hombre, generalmente ocurre al revés, es la mujer la que sufre normalmente este maltrato.

La victima de este maltrato puede no darse cuenta de él hasta que llega una agresión física, pero es este maltrato psicológico y emocional el que permanece en el tiempo y afecta tanto físicamente como psicológicamente a la mujer, mucho tiempo después de que se haya acabado.

Los comportamientos más habituales que te pueden hacer sospechar que sufres maltrato psicológico serian:

Control del dinero: se controla todo el gasto del dinero, hay que pedir permiso para comprar cosas para la casa, comida etcétera.

Control de las relaciones con los demás: vigila con quien te relacionas y castiga que pases lo que él considera demasiado tiempo dedicado a la familia o a algún familiar.

Mantener relaciones sexuales por miedo al enfado del otro

Realizar solo las actividades que quiere el maltratador: desde que ver en la tele a donde ir de paseo.

Controla los horarios y se tiene que mantener informado de dónde has estado.

Controla tu teléfono, tus redes sociales, que amigos puedes aceptar y cuáles no.

Minimiza o desprecia los éxitos personales.

Te culpabiliza de tus problemas, ya sea estar enferma o tener problemas en el trabajo.

Te culpabiliza de sus problemas, aunque no tengan nada que ver contigo, como problemas en el trabajo.

Ridiculiza tus opiniones en público o le enfada hasta el punto de que dejas de intervenir socialmente.

Te hace dudar de tus capacidades, tus opiniones, tus logros.

Premia y felicita públicamente a otras personas por cuestiones que desprecia cuando se trata de ti.

Se dirige a ti de forma imperativa o como si fuera tu madre o tu padre.

Te recuerda constantemente tus errores y lo inútil que eres.

Podríamos seguir relatando comportamientos de este tipo, pero como vemos se trata de todos aquellos comportamientos que se despliegan para que una persona tenga el control total sobre la vida de la otra.

Las consecuencias físicas de este maltrato pueden ser dolores de espalda y articulaciones, problemas gastrointestinales, migrañas, problemas de sueño, problemas alimentarios. Los problemas psicológicos se manifiestan con depresión, ansiedad, baja autoestima e ideaciones suicidas entre otras.

El primer paso para salir de este círculo de violencia es darse cuenta de que estamos sufriendo maltrato psicológico. Como hemos visto es difícil, porque es un maltrato muy sutil y porque todos nuestros movimientos y pensamientos llegan a estar controlados.

Pero es muy importante dar este paso y darte cuenta que se ha producido un cambio drástico que tu vida, que aquella persona con la que considerabas que era tu pareja y con la que pensabas compartir tu vida, ha cambiado y se ha convertido en tu carcelero. Pero es un paso necesario para tu salud y la de los tuyos. Cuéntalo, acude a servicios especializados que te puedan ayudar.

Tú no eres la responsable de este maltrato, ni está sucediendo porque tu hayas hecho algo mal. El maltrato afecta a cualquier mujer, de cualquier condición económica, social o cultural y es evidencia una asimetría en el poder que se mantiene en esta sociedad.

Hay salida y esperanza. Cuéntalo.

María del Carmen García Mora

María del Carmen García Mora

María del Carmen García Mora

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