Saqueo de cementerios en Venezuela

23.04.2018. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

En los últimos días se han registrado saqueos generalizados en algunos camposantos de la república hermana de Venezuela, sobre todo en el área metropolitana de Caracas. Estas acciones vandálicas se relacionan con la fuerte crisis humanitaria que vive el país caribeño y la fuerte carencia de poder adquisitivo de la inmensa mayoría de la población.

Los asaltantes a las tumbas, que buscan entre los féretros algunos objetos de valor que pudieran portar los cadáveres en el momento de su inhumación, suelen ir en grupos y algunos acciones se han llevado a cabo entrando en los cementerios a bordo de potentes motocicletas, para poder huir rápidamente si los ladrones son sorprendidos in fraganti.

Esta actividad se ha convertido en un negocio para muchos, que buscan entre los cadáveres joyas y otros posibles objetos de valor. La vigilancia policial es muy escasa y, donde existe, se limita a los primeros panteones y mausoleos, más cerca de las vías públicas, pero no abarcan la amplia superficie de los camposantos.

Este es un síntoma muy evidente de la situación que vive Venezuela, donde buena parte de la población está pasando muchas necesidades y hambre, por el encarecimiento inadmisible de productos de primera necesidad y por la devaluación continua y permanente de la moneda nacional.

Todo el país vive una situación muy angustiosa, que parece ser ignorada por los más importantes organismos internacionales, por las grandes potencias mundiales y por los países de la zona, mientras Nicolás Maduro y su Gobierno parecen no querer asumir su grave responsabilidad, sino culpar al exterior y a Estados Unidos de la gravísima crisis, que ojalá tenga una salida política y sin violencia.

Está cada día más claro que el régimen chavista, encabezado por Maduro desde el fallecimiento de Chávez hace ya un lustro, da muestra de su próximo fin, pero nadie se atreve a adivinar cuánto durarán los estertores de esta cruel dictadura.

En Venezuela, qué triste, ya no se respeta ni a los muertos...

Paco Pérez

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