Paco Pérez26.10.2017. Redacción / Opinión.
Por: Paco Pérez
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Siempre se dijo que en el mundo del espectáculo, de las artes escénicas (y particularmente en el cine), muchos actores y actrices llegaron a la cima porque en sus inicios profesionales aceptaron determinados chantajes y acosos de carácter sexual por parte de directores y productores de la industria cinematográfica, centralizada mundialmente en Holllywood.
Esto no es nada nuevo y ocurre en muchos sitios que personajillos asqueroso e indeseables abusan sexualmente, o al menos lo intentan, de personas que aspiran a triunfar en sus respectivas profesiones o simplemente quieren ganarse dignamente un sueldo con el que vivir dignamente.
Estos anormales patrones de vida ocurren también aquí, en las Islas. Baste recordar la reciente presunción de un concejal lagunero, a través de un washapp, sobre estos asuntos tan deleznables, en el que un tal Zebenzuí afirmó que se había "pasado por la piedra" a algunas mujeres empeladas por él en el Ayuntamiento.
Lo más que me sorprende del caso descubierto ahora en Hollywood, después de muchos años, es la especie de "conspiración de silencio" que se mantuvo durante tantos años en la meca del cine, porque al parecer todo el mundo sabía que el "señor" Harvey Weinstein, poderoso productor de películas y un auténtico salido mental y obseso sexual, se ha pasado la vida acosando a numerosas actrices, algunas de la cuales sí se han manifestado actualmente al respecto, confirmando los hechos.
No comprendo como la actitud de Weinstein no fue denunciada ya hace años por la Academia del Cine y hayamos tenido que esperar tanto tiempo para descubrir a un tío tan sinvergüenza como despreciable. Simplemente, increíble.
