EL MANTEL SAGRADO DE LA ÚLTIMA CENA

08.01.2024 | Redacción | Cultura

Por: Pilar Medina Rayo

Grado en Derecho por la URJC y funcionaria de carrera

Se trata de una pieza de tela de lino puro, de trama torsionada en Z, estilo propio del siglo I en Palestina, con cenefa azul, que el CSIC tras su análisis determinó que es una tintura de índigo natural, tinte que no fue conocido en Europa hasta el siglo XVI, es decir, 200 años después de que fuera encontrada la reliquia del Mantel. En el año 1404, aparece la primera referencia al Mantel. El Papa Benedicto XIII reconoce la existencia de una extraordinaria reliquia en Coria. En una Bula emitida por él, señala que en la Catedral de Coria se conservan varias reliquias procedentes de los últimos días de la vida de Jesús, destacando entre todas ellas un mantel de más de cuatro metros de largo, concediendo indulgencia a las personas que visiten el Mantel.

La Última Cena es el punto de partida del cristianismo. Si nos situamos históricamente, para los hebreos Jesús y sus discípulos estaban celebrando la Pascua que es la festividad que conmemora la liberación de los judíos del sometimiento del faraón, siendo guiados Moisés a través del desierto hasta alcanzar la Tierra Prometida. Sin embargo, para los cristianos esa noche se celebró la primera eucaristía. ¿Guarda la Catedral de Coria el mantel que utilizó Jesús en su última cena?

En 1960 se le realizó un primer estudio en los laboratorios del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. El informe técnico y científico de su análisis determina que la trama del Mantel es exclusivamente de lino blanco con algunas de sus partes teñidas. El arqueólogo y académico Manuel Gómez Moreno, que además es especialista en telas, tras un largo y minucioso examen, dictaminó “estructura y técnica de fabricación, no usados en Occidente, el tejido es oriental, de manera más concreta, de procedencia arábiga”, asimismo le da veracidad a la reliquia al señalar “(...) que el Mantel se fabricó con una fibra en uso en tiempos de Jesucristo y con una técnica practicada en las tierras en las que está Jerusalén”

Posteriormente, en los meses de noviembre de 2006 y abril de 2007, la reliquia fue sometida a un nuevo examen por parte del equipo de investigadores del Turin Shroud Center of Colorado (Sudario de Turín Centro de Colorado), junto con miembros del Centro Español de Sindonología, ambos centros han estudiado oficialmente la Sábana Santa de Turín. Por último, también participó el Instituto del Patrimonio Histórico Español. Para este nuevo estudio se empleó tecnología más avanzada y que fue facilitada por la NASA. Las conclusiones a las que se llegó no difieren de las emitidas en 1960.

Jackson, tras el estudio del Mantel, llegó a lanzar una hipótesis afirmando que la tela del Mantel de Coria y la tela de la Sábana Santa de Turín, que estudió en 1978, estuvieron juntas, una sobre otra, en la Última Cena. Llega a esta conclusión debido a las dimensiones, prácticamente iguales, de ambas piezas y atendiendo a la tradición de los judíos de utilizar dos manteles de manera ritual, especialmente en la Pascua.

Las medidas del Mantel son de de 4,42 centímetros de largo por 0,92 de ancho, las cuales se aproximan a las de la Sábana de Turín, que son 4,40 centímetros de largo por 1,10 de ancho. En la época de Cristo era tradición en las fiestas solemnes poner un mantel adornado con cenefas sobre el que se colocaba la comida, después se tapaba todo con otra pieza de tela, en este caso, sólo blanca, es decir, sin cenefas, para así evitar la suciedad en los alimentos que más tarde comerían. En la historia que nos ocupa, el Mantel de Coria estaría puesto sobre la mesa, sobre él la comida y, después, todo ello tapado con la tela que ahora es conocida como la Sábana Santa de Turín, con un ancho superior al mantel para así cubrir también los laterales y asegurarse que todo el conjunto quedara protegido.

Recordemos que cuando Jesús es crucificado están celebrando la Pascua judía, por lo que tomaron lo único que tenían a mano para utilizarlo como sudario del cuerpo de Cristo, y fue la tela completamente blanca con la que habían tapado la comida de la Última Cena.

Todos los objetos que tuvieron relación con Jesucristo, la Cruz (lignum crucis), el sudario o Sábana Santa con que fue cubierto, el cáliz usado en esa última cena, el Sagrado Mantel, y otras muchas más, fueron atesorados y venerados, como sagradas reliquias por los primeros cristianos. Elena de Constantinopla (Santa Elena), esposa y madre de emperadores romanos, parte a Tierra Santa en el 326, utilizando toda su influencia para recabar esas reliquias y trasladarlas a Roma. Estas reliquias estuvieron, primero en manos de los emperadores, después en la de los Papas, más tarde, posiblemente, en las de Carlomagno y, posteriormente, dispersadas por la cristiandad. De todas las reliquias que han llegado a nuestros días, unas se sabe que son falsas mientras que otras sí tienen indicios claros de verosimilitud. Pero ¿cuándo llegó esta extraordinaria reliquia, de las más importantes a nivel mundial, a la ciudad de Coria? Al respecto hay varias teorías.

Los obispados de Augusta Emérita (Mérida) y Coria son de los más antiguos de España. Algunos expertos consideran que el Mantel de Coria llegó a la ciudad antes de la invasión musulmana, permaneciendo oculto por más de cuatrocientos años. Las reliquias aparecen en unas arcas enterradas en algún sitio de la Catedral en el último tercio del siglo XIV.

Según la información de la Catedral de Coria “En tiempos pasados el Obispo lo mostraba al pueblo de Coria, desde el balcón llamado de las Reliquias, el día 3 de mayo de cada año. Esta ceremonia no se realiza desde 1791”. En tiempos de peste, hambruna, o cualquier otra adversidad, se recurría a rezar delante del Mantel.

“La urna de plata en la que se guarda es tal vez de procedencia mexicana. Fue regalada a la catedral, en el año 1678, por el Obispo Fray Francisco VII Sarmiento de Luna Enriquez, que con anterioridad gobernaba la Sede de Michoacán (México)”

Además de lo anterior, y como último dato sorprendente, hay quien considera que el mantel que Leonardo Da Vinci en su obra “La Última Cena”, ejecutada entre 1495 y 1498, fue el Mantel de Coria, ya que ambos manteles están decorados con bandas azules, dato que sería complicado de imaginar si no se tuviera ya un conocimiento previo.


 

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