Quieren, pero no pueden

El Gobierno Central y el Gobierno Canario, nos están mareando con cifras astronómicas, tanto en los presupuestos, como en las ayudas que van a venir desde Madrid o de Bruselas. Lo quieren pintar como un nuevo Plan Marshall, que recordemos fue una iniciativa de Estados Unidos para ayudar a Europa Occidental, en la que los estadounidenses dieron asistencia económica por valor de unos 12.000 millones de dólares de la época,? para la reconstrucción de aquellos países devastados tras la Segunda Guerra Mundial. Aquello fue una realidad, además de servir y significar la reconstrucción económica y social del continente. Otra cosa es lo que quieren hacer aquí y no tienen capacidad de emprender.

Pacto por la unidad

La unidad es el único camino. Son muchos los líderes políticos que han apelado a la unidad a lo largo de nuestra historia mundial, conocedores de que la unión hace la fuerza. Es la mejor herramienta para luchar contra las adversidades y en esta época de pandemia global, sin duda necesitamos más que nunca apelar a este concepto de cohesión para sumar esfuerzos que nos encaminen hacia la recuperación económica y social.

Canarias y el turismo: un binomio inseparables

Ni que decir tiene, que el turismo en Canarias ha sido el motor de la economía para la evolución y desarrollo de las islas. Ahora más que nunca, en este comienzo de siglo XXI, con la llegada de la pandemia del coronavirus, las Islas Afortunadas se han visto alteradas y diezmadas al no poder contar con la importante presencia del turismo europeo. Es por ello, ahora más que nunca, la prioridad es intentar frenar la Covid-19, con el objetivo de poder volver a la normalidad y recuperar nuevamente el turismo, ese motor económico que enriquece la actividad económica, mundo empresarial y puestos de trabajo.

Sólo importa Cataluna

Los problemas actualmente son abundantes, además muy serios, con una complejidad absoluta, con soluciones difíciles. Unos son novedosos, como la pandemia del coronavirus, no porque no hayan existido anteriormente crisis sanitarias, sino porque la que sufrimos es global, inédita, sobre todo, llena de dramatismo, dolor e incertidumbre en cualquier parte del planeta, afectando a millones de personas, también, desgraciadamente, con millones de muertos. Una tragedia humana que no tiene parangón histórico. Además, hay que sumar la ineptitud generalizada de los dirigentes públicos para tomar medidas acertadas, no han sabido, no han podido, quizás porque tampoco han sido suficientemente bien asesorados, por lo que se suponían que sabían o son profesionales sobre estos temas epidemiológicos. También hay que sumar, sin lugar a equivocaciones, que no han querido por motivos espurios, intereses personales o partidistas. Pero esto no es nuevo, es la degradación de la política que padecemos desde hace unas décadas, donde el populismo ramplón, en los dos extremos, derecha verde e izquierda morada, se hace fuerte en una sociedad desesperada o más bien anestesiada, por no encontrar remedios a sus problemas existenciales.

La voz de La Gomera

Las mañanas en La Gomera comienzan con la sintonía de la radio. La voz de Sito Simancas se cuela en todos los hogares gomeros a través de la señal de Onda Tagoror, que logra superar las barreras de nuestra escarpada e intrincada orografía para llegar a los caseríos más dispersos de nuestra isla.

Reinventarse para sobrevivir

El comienzo del nuevo año 2021 sigue manteniendo las mismas secuelas de la crisis de la Covid-19, la cual sigue sacudiendo con fuerza a las pequeñas empresas, autónomos y grandes superficies hoteleras. Cierto es, que desde que comenzó esta inolvidable y triste experiencia pandémica, la ciencia y los expertos de la OMS, tiene más información al respecto sobre el coronavirus. Ni que decir tiene, que la Covid-19 paró el reloj del tiempo en el mundo, pero también lo cambió. Sin duda, las pérdidas humanas han sido y vienen siendo, considerables, pero también las pérdidas económicas del mundo laboral. Unido a todo ello, más paro y más pobreza. Sobre todo, después del confinamiento, las restricciones que se impusieron en la movilidad y las actividades para frenar el avance del virus después del verano pasado en el 2019, motivando dejar muy tocado al sector de los autónomos. Por lo tanto, la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del coronavirus, ha obligado al sector de la hostelería a reinventarse; adaptándose a las nuevas y duras restricciones impuestas por el Gobierno estatal y por los correspondientes gobiernos de las autonomías española.

Siempre se logra

Cuando se van cumpliendo años y aparecen las canas, se empieza a mirar para detrás con nostalgia, recordando hechos vividos, acontecimientos padecidos, anécdotas divertidas o personas que han dejado huella en nuestra vivencia personal. Tuve la suerte de estar en Madrid al comienzo de la Transición política en nuestro país, gozándola en primera línea, participando activamente en unas circunstancias excepcionales, históricamente irrepetibles y apasionadas por la esperanza que traían. Estudiando en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, disfruté la fortuna, de contar con un profesorado excepcional, eminentemente humano, perfectamente preparado, de distintas ideologías, pero con un objetivo común, que era fortalecer la democracia que estaba naciendo y con un entusiasmo enorme, por enseñarnos a vivir y aportar conocimientos que sirvieran para su fortalecimiento.

Los patriotas

Este no es un artículo político, ni sobre política. Yo que nunca meteré a todos en el mismo saco, por coherencia, convicción y porque es así, confieso mis recelos crecientes hacia lo político. Sin embargo, me ocupa y preocupa lo social. ¿No es una contradicción? Aparentemente lo es. Ese alejamiento entre sociedad y política, eso que hace que tantas veces sean “mundos aparte”, explican mi desencanto y el de mucha gente. La “Curva” de mi izquierda no es cerrada ni peligrosa. Pero es a la izquierda. El bien general es principio y final.

Crónica de un virus

El 31 de enero de 2020 nuestro mundo, tal y como lo conocíamos hasta ahora, cambiaría para siempre. Este día quedará fijado en mi memoria como un recuerdo imborrable. Acudí a Playa de Santiago dispuesto a presentar los avances en las actuaciones del puerto cuando recibí una llamada inesperada que me alertaba de un posible caso de coronavirus en la Isla. Lo cierto es que no me imaginé que a nuestra isla, tan alejada de China, llegaría antes que a cualquier otro lugar del país ese dichoso virus que más tarde se bautizaría bajo el nombre de Covid-19.

Contra el virus y la crisis

Un año después del primer caso de COVID-19 en España, detectado en nuestra isla, y la sociedad gomera, al igual que el resto de nuestro país, ha sufrido la mordida cruel de la incertidumbre: confinamiento, crisis económica y sanitaria, toque de queda, estado de alarma. Unos retos y unas circunstancias que hemos afrontamos con la certeza de que saldremos de esta sin dejar a nadie atrás.


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