Cataluña: no caer en la trampa de los violentos
Por: Paco Pérez Se recrudece la violencia en las calles de Barcelona en la últimas horas, a cargo de supuestos grupos organizados de independentistas catalanes, con barricadas y contenedores ardiendo, cuyas llamas han afectado a una decena de vehículos. Pero la sangre, aún, no ha llegado al río. Se trata, sin duda, de un a reacción desmedida de algunos radicales que se han mostrado indignados por la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo a los sediciosos dirigentes políticos catalanistas, por sus actuaciones del 1 de octubre de 2017. Hay que distinguir que la sentencia del alto tribunal no condena ningún tipo de ideología política, sino que ha juzgados a unos implicados en unos hechos delictivos, según la legislación vigente, calificándolos de sedición y no de rebeldía, como pedía la fiscalía en sus oportunos alegatos acusatorios. Pedro Sánchez citó ayer en Moncloa, por separado, a los líderes del PP, Cs y Podemos, para comentar los hechos y los sucesos de Barcelona, y creo que la postura del presidente en funciones es, por ahora, la correctora, a pesar de que Pablo Casado y Albert Rivera se mostraron partidarios de adoptar medidas excepcionales en Cataluña. Si la situación no llega a mayores, la moderación en las respuestas es la mejor consejera del Gobierno, porque lo que quieren los grupos violentos es que el poder ejecutivo del Estado tome medidas severas para justificar sus aspiraciones independentistas. Ello no quiere decir de ningún modo que exista debilidad gubernamental, sino que parece oportuno dejar que en las próximas horas las cosas vuelvan a la normalidad y que los gamberros se aburran y se calmen. No se puede caer en las provocaciones de unos centenares de locos. Ahora bien, si insisten en sus acciones de violencia callejera, al Gobierno de España no le quedará más remedio que tomar medidas drásticas, si la situación se desmadra. Creo que Sánchez Pérez-Castejón hace bien en esperar un tiempo prudencial para ver cómo se desarrolla esta desmedida reacción a la sentencia del TS y me da la impresión de que llegado el momento, el actual presidente en funciones actuará con firmeza en la proporcionalidad de la respuesta del Gobierno a estos insensatos, encabezados por el propio Quim Torra, a quien el jefe del Ejecutivo ya advirtió seriamente en su alocución televisada desde el palacio de La Moncloa.
La misteriosa desaparición del Mecenas del Teatro Leal de La Laguna
Por: Paco Pérez En un viaje que realizó desde Sevilla a Madrid en tren, en el año 1936, Antonio Leal Martín, el mecenas que mandó construir a principios del siglo XX el teatro lagunero que lleva su nombre, desapareció misteriosamente en el trayecto y nunca más se supo de él. El conocido lagunero, descendiente de palmeros, era muy aficionado a los toros desde que se trasladó a vivir a la capital andaluza, en 1910, e iba a la capital de España a presenciar una corrida. Nunca se encontró su cadáver y su supuesta muerte sigue siendo un enigma todavía hoy, ignorándose si fue asesinado ese año trágico de nuestra historia, con el comienzo de la guerra civil. Según diveros documentos relacionados con su persona, Antonio María de la Consolación Leal Martín fue el promotor y mecenas del Teatro Leal, dotando así a La Laguna de un recinto cultural de postín que la administración municipal, con sus medios, solo podía soñar entonces. En el propósito, Leal invirtió parte de la fortuna que había heredado de su padre, un rico hacendado cubano de origen palmero. Y se rodeó de los mejores para levantar el inmueble, el arquitecto Antonio Pintor y Ocete, y los artistas Manuel López Ruiz, Manuel Verdugo y Benjamín Sosa y Lugo, que se ocuparon de la decoración. Leal nació el 4 de septiembre de 1881 en la Calle Consistorio, 10, y fue bautizado por el presbítero e historiador, José Rodríguez Moure. Antonio Leal Leal (1851-1884), su padre, fue un rico hacendado cubano de origen palmero, nacido en La Güira De Melena y vinculado a la producción de café, caña de azúcar y tabaco. Hijo de Antonio Leal Méndez (natural de Mazo) y de Antonia Leal Domínguez (nacida en Cuba). En 1880, Antonio Leal Leal se casa con la lagunera Lucía Martín Pérez (su madre) hija de Antonio Martín y Bárbara Pérez, ambos vecinos humildes de La Laguna. Lucía y una de sus hermanas eran las encargas de atender al sacerdote e historiador Rodríguez Moure. En 1882, cuando Antonio Leal Martín aún no había cumplido dos años, su familia se traslada a Cuba, donde reside en la hacienda âIberiaâ propiedad de su padre. En 1884 su padre fallece víctima de las denominadas âfiebres tropicalesâ, dejando como heredero de una gran fortuna a su hijo, con numerosas propiedades tanto en Cuba como en La Laguna y en La Matanza. En 1887, Lucía Martín Pérez (madre), contrae matrimonio en segundas nupcias en Cuba con Juan de la Cruz González (padrastro), natural de Las Breñas, La Palma --quien por entonces era el administrador de las tierras de Leal, y poco después de la boda regresan a La Laguna, debido a las guerras manbisas. Tras su regreso, residen en la Casa Alvarado Bracamonte (Casa de los Capitanes), heredada de su padre. En 1888 nace Juan de la Cruz Martín (primer hermanastro) e importante personaje en la gestión del Teatro Leal. Fruto del segundo matrimonio de su madre, Leal tuvo siete hermanos: Juan, Felisa y Félix (gemelos), Mª Antonia, Amado, Antonio José, Augusto y Venancio de la Cruz Martín. Juan de la Cruz González (su padrastro) fue un hombre âsiempre preocupado por proporcionar estudios a todos sus hijos, enviándolos a buenos colegios, porque su afán era que tuvieran cultura, con una visión que no se tenía en aquella épocaâ. Trató igual a su hijastro, para el que siempre fue un hijo más; de ahí el agradecimiento de éste, âno sólo por ocuparse de sus asuntos económicos, también por su dedicación y ocupación en el terreno afectivo y en su educaciónâ. En 1905, Leal Martín contrae matrimonio con su prima, María Leal Laserna, hija de José Leal (su tio) y María Laserna. Matrimonio de conveniencia a objeto de no dividir las propiedades familiares. Tal vez por ello, los cónyuges se distanciaron prontamente, lo que llevaría a Antonio Leal a ausentarse frecuentemente de la isla. Su única hija, Sara Leal Leal, nace en 1906. La pareja residía por entonces en una finca de la calle del Agua, haciendo esquina con la del Tambor , vivienda posteriormente conocida como "la casa del General Anatolio Fuentes", aunque a partir de 1910 fija su residencia en Sevilla, donde crece su afición por el mundo de los toros, lo que le llevaría a viajar por toda la Península para acudir a las plazas con los mejores carteles de diestros. En 1912 y su amor por la ciudad de Aguere le lleva a invertir en la construcción del Teatro Leal unas 800.000 pesetas de la época. Una cantidad importante si tenemos en cuenta que la recaudación de Santa Cruz y La Laguna juntas, no superaba las 26.000 pesetas anuales. Aunque él nunca mostró especial interés por asumir la gestión de este espacio cultural, siendo su hermanastro, Juan de la Cruz Martín, quien se puso al frente de la dirección del teatro, inaugurado el 11 de septiembre de 1915.
III Festival musical en solidaridad con Nepal
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández El próximo día 8 de noviembre 2019, a las 21:000 horas, en el Teatro Leal de La Laguna, será escenario del III Festival Musical en solidaridad con Nepal, donde participarán muchos famosos artistas de nuestra tierra como: José Manuel Ramos; Chago Melián, Yurena Namahana; Héctor González, Melquiades Cruz, Miriam Cruz, Luisa Machado, Claritzel Miyares, Fernando Cruz, Fran Baraja, Agrupación Tintillo, Emilio Estévez, Carla Esther y Javier Peñapinto y Nieves Bravo (Panchita y Servando En Clave de Ja). Una Plata forma humanitaria y solidaria formada por: Daniel Ramírez, Juan Ramón Tosco, Fernando Hernández, Conchy Álvarez y Rafael Lutzardo. Equipo humano que están realizando un esfuerzo grande para llevar a cabo con éxito este proyecto solidario humanitario. Este evento solidario parte de la ONG: âEn un lugar de la vidaâ; cuyo proyecto humanitario ya se esta realizando en la aldea rural de Kabilash (Nepal) con madres embarazadas y niños prematuros; con la asistencia de una partera, un ginecólogo y una enfermera. Kabilash es una aldea rural habitada por 7.000 habitantes, que está ubicada en las afueras de Kathmandú, careciendo de muchas cosas básicas. Es decir, muchas cosas que aquí son básicas, allí son algo revolucionario: por ejemplo, lavar una herida con agua y jabón, pues allí supone realizar un cambio en sus costumbres culturales. La ONG âEn un lugar de la Vidaâ, se centra fundamentalmente en la educación y la sanidad; las vidas en Nepal casi dependen del suministro de combustible. Ello afecta a la educación, a la sanidad y a todos los sectores y estratos de la sociedad. El terremoto acabó lamentablemente con 9.000 vidas y eso motivó que el país quedará aún más diezmado en todas sus infraestructuras.
Buscando la sociedad de la confluencia
Por: Óscar Izquierdo Casi todo el mundo, se pasa el día disparando para todos lados y a cuantos más mejor. No me refiero a una acción bélica, sino a una continua y además cansina, actitud de discordia. Estamos inmersos en una sociedad de la discrepancia, como principio supremo. No hay manera de sentarse a dialogar, ni buscar puntos de encuentro y menos de llegar a acuerdos. Cada cual busca escachar literalmente a quien no piensa igual que sus planteamientos o creencias. Es la sordera para oír y la difamación para hablar. Es el egoísmo puesto en acción, la vanagloria reinante y la soberbia enriquecida. Individualismo al máximo, donde impera la ley del más fuerte, del mejor colocado o del enchufismo agradecido. Como convivimos de esa manera y estamos acostumbrados a normalizarlo, lo que a todas luces es pernicioso, se tolera como un mal menor o simplemente como una cuestión de supervivencia. Esta experiencia existe en todos los ámbitos vivenciales, desde la política, la economía, la cultura, el deporte, la vida social e incluso a nivel familiar. Hay que revertir esta situación y nos compete a todos, no se puede hacer dejadez, a la hora de buscar la concordia. Es ineludible el compromiso personal, para después cambiar el ambiente humano. A partir de esta premisa, estaremos construyendo sólidamente una sociedad de la confluencia, que nos ahorrará disgustos, malentendidos o desavenencias estériles e inútiles. Sabemos, por la experiencia cotidiana, que juntos se tiene más fortaleza en cualquier cuestión que acometemos. Pues si sabemos lo que hay que hacer, pongámoslo en marcha. Siempre admiré la capacidad de confluencia que tenía el presidente Adolfo Suarez, porque en situaciones difíciles, imponía amablemente el pacto, como modelo adecuado de resolución de conflictos: âEl diálogo es, sin duda, el instrumento válido para todo acuerdo pero en él hay una regla de oro que no se puede conculcar: no se debe pedir ni se puede ofrecer lo que no se puede entregar porque, en esa entrega, se juega la propia existencia de los interlocutores.â Muy distinto a lo que nos tenía acostumbrado un político isleño, que a todo lo que hacía lo titulaba pacto por aquí o pacto por allá, para después imponer su criterio, inamovible y presuntuoso. Así no se va a ningún lado y penosamente, esa ha sido la forma de gobernanza que ha tenido Tenerife en los últimos años. Provocando una continua desaceleración de las posibilidades de crecimiento, obstaculizando los acuerdos necesarios y provocando hilaridad. Es preciso evolucionar para mejor, aprendiendo de errores e implantar nuevas estrategias. La búsqueda de la alianza tiene que ser sincera, sin caer en demagogias improductivas. Esas convocatorias, a las que estábamos tan acostumbrados, que se hacían de forma grandilocuente, que sólo servían para sacarse la foto y una declaración solemne, nunca sirvieron para nada. Insistimos en lo primordial, que es llegar a conseguir aunar esfuerzos en la búsqueda de compromisos, para desbloquear los problemas estructurales que padece Tenerife. La metodología para conseguirlo pasa necesariamente por dejar atrás personalismos, que impiden encontrar vías de arreglo. Hablar mucho, pero con sentido ecuánime, siguiendo el ejemplo que nos proponía el presidente de la República Manuel Azaña: âSi los españoles habláramos sólo y exclusivamente de lo que sabemos, se produciría un gran silencio que nos permitiría pensarâ. Es arduo lo que tenemos por delante, pero convencido de la capacidad de regeneración de los isleños, seguro que podremos vislumbrar una novedosa forma de acción pública, basada en el consenso, que siempre es el mejor acuerdo.
Esfuerzo fiscal y gasto ejemplar
Por: Casimiro Curbelo Hay una cuestión que creo que no se está explicando suficientemente bien. Y hace falta que la gente la entienda. Hace muchísimos años había un programa de televisión que se llamaba "La unión hace la fuerza". Personas distintas, con diferentes capacidades, concursaban y aportaban lo mejor de cada uno para conseguir ganar puntos. Una sola persona difícilmente puede levantar un peso de sesenta o setenta kilos. Pero treinta personas juntas, con un pequeño esfuerzo, son capaces de levantar en peso un coche. Cuando se habla de hacer un esfuerzo fiscal lo que se está diciendo es que si todos colaboramos un poco más, pagando una pequeña subida en impuestos, el resultado final es que se puede conseguir mucho dinero para destinarlo a cuestiones que la sociedad necesita de manera urgente. Nadie puede negar que necesitamos más dinero para cuidar a nuestros mayores, para atender a más dependientes o para ayudar a pensionistas o familias que no llegan a fin de mes. Lo que sucede es que la gente está cansada de escuchar hablar de necesidades, pero lo que luego ve es que la política se dedica a gastar los recursos en fuegos de artificio. Lo sé perfectamente y me duele. Tanto como que se convoquen otra vez elecciones, con el dinero que supone su organización. Agrupación Socialista Gomera forma parte de un pacto de gobierno que se ha comprometido con los más débiles, con los más necesitados y vulnerables. Y vamos a llevar ese compromiso hasta sus últimas consecuencias. Hay dos Canarias muy distintas, territorial y socialmente. Hay una que disfruta de condiciones y servicios muy distintos a los que tiene otra formada por familias e islas en las que se padece una realidad distinta. Cuando este Gobierno habla de reforma fiscal, habla de realizar un pequeño esfuerzo que se soportará entre todos y que puede suponer más recursos para los que menos tienen. Nuestro estado de bienestar se basa precisamente en distribuir las cargas proporcionadamente entre muchos y especialmente entre los que más recursos tienen, para destinar lo recaudado a quienes más lo necesitan. Por supuesto que en ese esfuerzo hay dos niveles. Primero, el de nuestra propia tierra. Debemos perseguir un sistema fiscal justo y eficiente que nos permita recaudar parte de la riqueza que se produce para su redistribución. Hemos de apuntar hacia sectores donde se están generando recursos que no se distribuyen adecuadamente entre todos. Canarias tiene salarios de los más bajos del Estado y las rentas disponibles de las familias se alejan de la media peninsular mientras el coste de la vida está entre los más altos. Nuestro deber, como el de cualquiera con un mínimo de sensibilidad social, es actuar para corregir esos desequilibrios sobre la base de que quienes más beneficios obtienen en nuestras islas sean conscientes de que deben aportar también al bienestar común. En un segundo nivel, no menos importante, la tarea de este Gobierno es defender la necesidad de que Canarias cuente con una financiación estatal justa, que ahora no tiene. El Sistema de Financiación Autonómica de 2009 no es bueno para las islas. No se están financiando los costes reales de los servicios públicos, que son más caros de prestar en un territorio insular, y no se han ajustado las transferencias al aumento de población que ha registrado el Archipiélago en los últimos años. Dos recientes leyes, la del nuevo Estatuto y la nueva Ley de REF, nos van a permitir defender esta realidad con mayor soporte jurídico ante la Administración del Estado. Complementar el esfuerzo propio con la adecuación de las transferencias del Estado a los gastos reales de los servicios públicos en Canarias deben ser dos ejes que impulsen la tarea de este Gobierno. Yo creo que si la gente percibe que el esfuerzo que hace recibe una respuesta de un Gobierno austero, que dedica los fondos que recaude a labores realmente necesarias y socialmente urgentes, aceptará que cualquier pequeño sacrificio merece la pena. Lo importante no es la fiscalidad --que lo es-- sino que el gasto sea ejemplar. Y mientras nosotros estemos en un pacto que defiende primero a las personas más vulnerables, tengo la absoluta confianza en que lo será.
Por un 12 de octubre a salvo del rencor
Por: Myriam Z. Albéniz Consultando el diccionario como corresponde a quien ignora el verdadero significado de los términos, observo que se describe el resentimiento como desazón, desabrimiento o queja a resultas de un dicho o acción ofensiva que puede perdurar largo tiempo y reaparecer al ser recordado. La sensación que lo causa puede variar, desde una ligera molestia temporal a un profundo malestar que dificulte y hasta imposibilite las relaciones con el ofensor. Es un linaje de venganza atenuada, que no es tanto enojo como tristeza y aun amor disimulado. La definición se cierra con la afirmación de que el resentimiento enquistado y agravado acaba transmutando en rencor. Perversa palabra. Sigo buceando y me derivan a otros conceptos igualmente rechazables, como amargura, despecho, envenenamiento o hiel y, tras soportar semanas, meses y años la mediocridad negociadora de nuestros actuales dirigentes políticos, confieso que me sobrepasa tanta negatividad. De todas esas acepciones, la que provoca mayor conmoción en mi ánimo es la que indica su vertiente de hostilidad hacia algo o alguien. De ira no resuelta ante un acontecimiento. De enfurecimiento. De incapacidad para perdonar. Debe ser porque me resulta aterradoramente sencillo identificar a quienes la practican. A muchos de ellos les veo a diario en las televisiones, les escucho en las emisoras de radio y les leo en los diarios. Algunos son periodistas. Otros, meros tertulianos. Otros, aspirantes a ocupar cargos públicos en este país nuestro que se autodestruye poco a poco. Se trata de mujeres y hombres que no avanzan, empeñados sin tregua en asistir al castigo de quienes causaron su dolor fruto de acontecimientos sucedidos hace décadas, pero que se convierten en unos nocivos compañeros de viaje de gran impacto en su vida y, por desgracia, también en la de los suyos. Su idea de memoria histórica suele tener poco de ambas, de memoria y de histórica. De la primera, porque es muy frágil. De la segunda, porque es muy manipulable. La contienda a la que aluden tuvo lugar antes de ser engendrados pero, paradójicamente, quienes la sufrieron en carne propia (y casi todos tenemos ejemplos de ambos bandos en nuestras propias familias), aunque nunca olvidaron y reclamaron legal y moralmente la justicia que merecían y que, por supuestísimo, siguen teniendo derecho a obtener, al menos sí fueron capaces de dar muestras de generosidad y de sobreponerse a las pérdidas y al espanto lo mejor que supieron. Como bien refleja el aspecto exterior de muchos de estos contendientes contemporáneos, su permanente malestar está fuera de toda duda, resultando bastante evidente que su cara es el espejo de su alma. Tan particulares retratos de Dorian Gray reposan sobre unos atriles invisible al tiempo que, una a una, las hojas de sus calendarios van cayendo irremisiblemente. Dicen que el resentimiento es como tomar veneno esperando que la otra persona muera. Me parece una visión bastante acertada del drama. Existen demasiados seres cuya incapacidad para el perdón y para la autocrítica proviene de su firme convicción de ser los inocentes de las historias y esa condición de víctimas les incapacita para cualquier acción terapéutica dirigida a sanar su rebelado mundo interior, precisamente porque los culpables son siempre âlos otrosâ. Decía Nietszche que el resentimiento es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento vive en la esclavitud. No puedo estar más de acuerdo. Como tampoco puedo sentirme más aliviada de no haberlo practicado en mi vida. Tal vez sea mi herencia genética. Tal vez los valores que me inculcaron. Pero lo más probable es que, como en tantos otros aspectos de mi carácter, sea cuestión de voluntad. O de voluntarismo. O, simple y llanamente, de mi profundo convencimiento de que el tiempo es oro y no se debe malgastar visitando a diario las hogueras del alma. Feliz 12 de octubre a todos y a salvo del rencor.
Infarto
Por: Alejandro De Bernardo Hoy pesa el tiempo sobre ti. Gris. Como tu pelo? pero sin brillo. Una borrasca, contundente y agria. Hoy reina una piedra en medio del cielo, sobre ti, rotunda e insoportable sobre la sala de operaciones. Una canción que no puedes cantar. Un amor infantil que idealizaste. Que esperaste, desesperaste y nunca, nunca, nunca desembarcó. Nunca. Piensas en todo lo que se desperdició, las oportunidades perdidas, las oportunidades, las puertas abiertas, el futuro que quedó atrás. Hoy tu estado de ánimo está al borde del delirio, una pesadilla, un pitbull que aparece y desaparece en medio de la noche negra más oscura. Hoy la felicidad se ha ido y tú no sabes si te quedan fuerzas para buscarla. Abres las persianas del día y te temes lo peor. El pequeño mosquito del verano se ha convertido en Drácula. Y la escalera? un precipicio. Meditas seriamente entre el dilema de volver a la cama o ponerte la ropa. Salir y salir. Eliges la segunda opción porque estás de vacaciones, porque es agosto y no puedes quedarte todo el día en casa, porque te exiges mucho y se espera mucho de ti -tú en eso eres un martillo-. Y sales. Y te ríes. Y hasta bailas como si lo sintieras. Despacito. Es lo que tienes que hacer. Y nadie tiene que sufrir por ti. Y ellos menos. Con ese corazón de león acostumbrado a los alfileres. Brillos mortales despuntan al alba. Pero eres tú. Y dependes de ti. No hubo luz intensamente blanca. Ni túnel con iluminación al fondo. Nada. Vaya infarto de mierda. Y allí, precisamente, donde no esperabas encontrarla está. Imperturbable, tierna, ligera. Haciéndose de rogar. Porque encuentras el amor donde siempre estuvo. En el amor puro de tu familia. El de siempre. El que das por hecho? pero mucho más fuerte. Una roca. Un diamante. Y caminas aunque revientes. Y miras a tus hijos: esperando que crezcan para conquistar un mundo invencible. Y en la incredulidad que les quedó grabada en sus ojos a golpe de injusticia. Y en el amor que te demuestran por minutos. Eso lo puede todo. Y en estas llega el otoño. Como una leve caricia, casi consentida. Mirando hacia atrás y encontrando los tiempos en los que fuiste feliz. Tiene el otoño la melancolía como la tienen los escritores: idolatrada. Pero el otoño tiene otra parte. Y digo, ahora más que nunca, que hacer planes a largo plazo es un error evitable. Que en cualquier esquina espera tu suerte. Solo los pensamientos paseados tienen valor, dijo el atribulado Nietzsche. Yo, que no soy Nietzsche, digo lo mismo. Y cuando menos te lo esperes, descubrirás que ella estaba allí, esperándote. Ella, tan frágil y escondida. Ella, la felicidad. Y cualquier día, vas a unirte con alegría en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Eternamente. Cualquier día, descubrirás que el sol luce inmenso, sin eclipses, sin niebla o lluvia. La vida es rotundamente hermosa. Todas las borrascas pasan. PD: El día que comprendí que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, he empezado a vivir lo que me quiero llevar.
âCinco horas con Manuel Ramónâ
Por: Héctor Manuel Cabrera Martín Con permiso de una de las primeras figuras de la novela española, Miguel Delibes, he considerado de lo más acertado nombrar este artículo de opinión, tomando prestado el título de una de sus novelas: âCinco horas con Marioâ. Como resumen muy breve para quien no haya tenido la oportunidad de leerla, Carmen (o Menchu), que es la protagonista, acaba de perder súbitamente a su esposo Mario. Una vez que se queda a solas con él, tras el velorio, se recrea a lo largo de la noche un monólogo repleto de reproches y críticas, entre la esposa y el cadáver de su difunto esposo. En la respetuosa versión de esta obra que ideo en mi cabeza, identifico al pueblo de Alajeró con el personaje de Carmen, quien amonesta por activa y por pasiva a Mario (personificado en la figura de nuestro âbuen Alcaldeâ, Manuel Ramón) el hecho de desoír y desatender sus requerimientos incesantemente. Uno de los últimos episodios ocurridos, que justifica el sinfín de críticas y amonestaciones que Menchu le hace al malogrado Mario, lo tenemos a la vuelta de la esquina. En las recientes fiestas en honor a Nuestra Señora de El Paso, la seguridad de los participantes y el personal colaborador, en términos generales, estuvo marcada por desajustes y fallos de libro. El día de la bajada, sábado 14 de septiembre, el enorme dispositivo de seguridad pública se redujo a una única patrulla de la Guardia Civil, quienes realizaron una labor hercúlea ante la ingente cantidad de personas, pero que evidentemente, resultó del todo insuficiente. Para más INRI, se produjo un accidente de tráfico cerca de la casa del Sr. Alcalde, al cual presté asistencia gustosamente ¿Dónde estaba la Policía Local de Alajeró? Arrestada. ¿Por qué no se solicitó la presencia del Cuerpo General de la Policía Canaria? Pues vaya Ud. a saber, ya que adivinar los planes que tiene en mente nuestro Alcalde, es lo más parecido a interpretar los posos de café del fondo de una taza. Otra de las notas disonantes en estas fiestas se produjo cuando, ante una emergencia sobrevenida, uno de los vehículos de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de La Gomera, tuvo que desplazarse y desgraciadamente, colisionó con otro vehículo. Lo verdaderamente lamentable de este accidente fortuito fue que, cuando Protección Civil acudió al Ayuntamiento para acogerse a la cobertura del seguro de responsabilidad civil, obligatorio en este tipo de evento, una vez más, nuestro buen Alcalde se sacudió las vestiduras, y despejó balones hacia la Comisión de Fiestas. Realizada la petición a la susodicha Comisión vecinal, cuál fue la sorpresa que se llevaron cuando al más puro estilo sueco, aquellos dijeron âmi no entenderâ. O sea, mucho bombo y platillo para que la ley se cumpla por todos, pero sin olvidar la ley del embudo: lo ancho para Menchu (el pueblo), y lo estrecho âpara Marioâ. No me extraña que los propios trabajadores estén deseando dar sagrada sepultura (entiéndase, en sentido figurado y no de otra manera) al malogrado Mario, y estén perdiendo el miedo de denunciar ante Juzgados, Inspección de Trabajo, Jefatura Provincial de Tráfico y demás instancias oficiales, los atropellos y abusos que se están cometiendo.
(2-1) Dos fallos defensivos condenan al Tenerife en Vallecas
Por: Paco Pérez El Club "Depresivo" Tenerife es un auténtico flan de huevo en defensa y dos nuevos fallos garrafales en la retaguardia le condenaron a una nueva derrota (la tercera consecutiva), esta vez ante el Rayo Vallecano (2-1), en un partido jugado en el barrio madrileño en la noche de este viernes. Los blanquiazules deben tener el récord, esta temporada, de encajar un elevado número de tantos en jugadas de estrategia, a balón parado, de los rivales a los que se han enfrentado, lo que representa un mal endémico que el conjunto blanquiazul viene arrastrando desde hace varios años y que ningún entrenador ha podido o no ha sabido impedir. Esta vez fue Álex Muñoz el que permitió a los 31 minutos que un central vallecano, Catena, marcara el 1-1, a la salida de un córner solo seis minutos después de que Luis Milla marcase el gol que adelantaba a los visitantes (0-1, m, 25) tras una bonita asistencia de Nahuel Leyva. En el segundo y definitivo gol local, el portero del equipo isleño, Adrián Ortolá, salió de su área a cazar moscas en otro corner del conjunto de Paco Jémez, fallo que aprovecho el otro central vallecano, Slveljic, para marcar el segundo gol, con el que sentenció el encuentro, porque a partir de ahí los blanquiazules entraron en un estado depresivo notorio y patente, a pesar de los cambios realizados por López Garai, que dio entrada en el campo a Miérez, primero, y a Malbásic y Suso más tarde, que no estuvieron finos. El entrenador tinerfeñista volvió a sorprender con la alineación inicial, incluyendo en la misma a Sipsic en el centro de la defensa --después de actuaciones anteriores para olvidar-- y colocar en la vanguardia a Jose Naranjo y Nahuel Leyva, en detrimento de Miérez y Malbásic. Algo incomprensible a simple vista, pero sus razones tendrá Garai y en definitiva allá él con su responsabilidad de director técnico de la plantilla. Lo que sí está claro es que el Tenerife de la actual temporada lucha, corre y tiene iniciativa, pero la línea defensiva es muy endeble y arriba sigue faltando instinto criminal para culminar las jugadas y tener más gol... Este equipo está inducido por un miedo escénico en el "Heliodoro" y fuera vuelven a parecer ciertos fantasmas del pasado, a pesar de que en este encuentro el conjunto blanquiazul contuvo inicialmente al Rayo (que no hizo nada del otro mundo) e incluso se pudo por delante en el marcador, pero... Y hasta aquí el comentario de hoy, sin entrar en mayores análisis. Creo que no es el momento de ahondar en la herida.
Unas horas entre el presente y el pasado
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández Recientemente, Tenerife sufrió un apagón que dejó sin suministro eléctrico a toda la isla. Todos los clientes recuperaron el suministro de electricidad a las 22:15 (hora canaria), nueve horas después del inicio del apagón, según informó Red Eléctrica de España a través de Twitter. "Lamentamos todas las molestias ocasionadas en las últimas horas. Seguimos trabajando para dar un servicio seguro y de calidad en toda Canarias", aseguró la compañía en su perfil en la red social. El corte que dejó sin luz a aproximadamente un millón de personas se produjo a las 13:10 (hora insular) a causa de un incidente en la subestación de Granadilla de Abona, en el sur de la isla, de Red Eléctrica, compañía que investiga las causas de que el denominado 'cero energético' se haya propagado a todo el territorio. Nueves largas horas que motivó la preocupación de miles de personas, perjudicando a muchos sectores de la hostelería, medios de comunicación, servicios públicos y hogares. En lo que a mi respecta, este apagón me hizo retroceder a mis tiempos de infancia, donde viví un pasado que nada tiene que ver con el que estoy viviendo en la actualidad. Es decir, no había suministro eléctrico en muchos sectores de aquel viejo Santa Cruz, pero romántico y feliz. Pensar en aquella época de los sesenta la presencia del avance tecnológico era cosa de locos. Un sueño, que no se me había pasado ni tan siquiera por mi cabeza. Internet, junto con todas sus redes sociales y ese mundo digital, aún estaba muy lejos por llegar. Muchos años estuve viviendo y alumbrándome con velas (elefante), quinqué y lámparas de carburo. También, con cocinillas de petróleo para hacer la comida. Eran tiempos pretéritos, donde la capital tinerfeña todavía escaseaba muchos productos y electrodomésticos. Sin embargo, y al ignorar lo que hoy conocemos, éramos felices. Sobre todo porque había tiempo para comunicarnos; establecer conversaciones y disfrutar de aquellos famosos juegos de calle que nos hacían muy felices. Sin duda, el avance o la evolución tecnológica en todo su recorrido han sido muy rápido. Hoy tenemos más comodidades que antes no teníamos, pero tampoco quiere decir que con ello seamos más felices. La ignorancia del pasado fue también algo bello, pues no en vano al existir otra cosas más evolucionista, éramos felices con cualquier herramienta manual. Por tal motivo, la comunicación entre las familias y amigos era continua y dicharachera; generando unos valores humanos que en la actualidad se carece de ellos. Un apagón, que mortificó a miles de personas y provocó daños en muchos hogares, hoteles, restaurantes, casas de comidas y transporte público (tranvía). Así es la evolución de la tecnología. Es decir, un apagón de estas características crea un problema terrible, ya que todo esta informatizado y vitalizado. Es de prever, que esto no vuelva a ocurrir en un futuro no muy lejano. Que el avance tecnológico siga evolucionando en mejorar la calidad de vida de las personas, pero tampoco es bueno adelantarnos a nuestro propio tiempo.
Paco Pérez