El machismo al paso del Nazareno

Sin duda, todavía queda un largo camino que recorrer, pues aún hay reivindicaciones que no han tenido respuestas por parte del Gobierno español ni del propio Poder Judicial. Respuestas, que parecen seguir enclaustradas dentro del organigrama del sistema estatal español. De la misma manera, ya lo describe perfectamente el artículo 14 de la Constitución española: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”

Entre el pasado y el presente

Sin duda, todos tenemos una opinión bien diferente de lo en estos momentos esta aconteciendo en el mundo en este comienzo de siglo XXI. Opiniones para todos los gustos y temas de debates, donde cada uno parece estar en posición de la verdad. Sinceramente, en lo que respecta a mí, observo y pienso que vivo en un mundo nada parecido al que viví en mi infancia. Lógico, hemos evolucionado de tal manera que hasta las mascotas de compañías se han puesto de moda.

Optimismo y motivación en un mundo nuevo

Quiero comenzar el Nuevo Año 2022 con energías positivas y de paso, ver la vida con optimismo, pues ya bastante hemos tenido en estos dos últimos años con la Covid-19; un virus asesino que se expandió a nivel mundial. Aún así, todavía quedan algunas variantes de este bicho invisible como es el contagioso Ómicron. Lo cierto es, que venga lo que venga, tenemos que seguir luchando y cuidarnos para poder sobrevivir en un mundo totalmente desigual y cada vez menos humanitario. No obstante, yo seguiré en mi línea de conducta y pensamiento. Con aciertos y errores, como humano que soy. Me explico, quiero vivir, si tengo suerte, con calidad de vida, especialmente con mucha salud. Creo que ese es el mejor tesoro que podemos tener los seres humanos.

Un año 2021 para enterrarlo en el pasado

La cosa no pinta bien. Me explico. Esta nueva variante del coronavirus, Ómicron está resultando muy alarmante en la sociedad española y en el resto del mundo. Cada día que pasa noto como la histeria se va apoderando de millones de personas. Las calles por las que suelo transcurrir cada día en la sociedad donde vivo, observo como muchas personas llevan el miedo en sus ojos y la histeria en su día a día. Las farmacias no dan avío para vender los antígenos, donde muchas de ellas ponen un cartel que dice: agotados los antígenos.

El mundo que construimos y destruimos

Reconozco que antes de entra en el comienzo del siglo XXI, el mundo iba a mejorar en muchas cosas, especialmente en lo que respecta a las miserias, pobrezas, guerras bélicas, leyes de dependencias, políticas más cercanas y comprometida con los pueblos del mundo; más sensibilidad, solidaridad y humanidad, que motivaran vivir en un mundo más justo e igualitario. Desgraciadamente, aunque muchos crean que hemos evolucionado o mejorado en nuestras condiciones y formas de vivir, no es para lanzar fuegos artificiales. Sin duda, muchas son las cosas que aún quedan por conseguir, pero la más importantes es que la humanidad tome conciencia de lo que en realidad somos y en que mundo vivimos.

La comunicación olvidada

Cada día estoy más convencido que la comunicación entre las personas se dilata en el tiempo. Una ausencia de comunicación entre el receptor y el emisor. ¿Quién tiene la culpa de esta gravísima ausencia de comunicación entre las personas? Pues sencillamente la revolución tecnológica, la llamada evolución en el conocimiento a través del ser humano. Con el transcurso del tiempo, he podido observar que en muchos lugares del mundo de la hostelería, bien se llamen restaurantes, casas de comidas, bodegones, tascas o guachinches, donde los comensales no se miran a las caras, concentrando toda su atención en sus respectivos móviles.

Los últimos ramalazos del 2021

Año 2021, que nos va dejando un mal sabor de boca y donde el mundo entero insiste dejarlo atrás lo antes posible, con el propósito del que le sustituya, el 2022, sea mucho mejor. Personalmente, yo no sé si será mejor o peor el 2022, pero lo que si tengo claro, es que tendré que vivir con los acontecimientos que vayan sucediéndose, y, eso si que no sé cuales serán. Lo cierto es, que en la actualidad vivimos, en estos últimos coletazos del 2021, vivimos con los miedos, las histerias y con las dudas, pero ello no evita que millones de personas salgan a las calles para celebrar las fiestas navideñas, olvidándose de los contagios y que cualquiera de ellos bien pudieran ser candidatos a pasar por la UCI o morir entubado por el Ómicron o coronavirus.

La Palma: un ´pulso´ entre el hombre y la naturaleza

El volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma sigue vivo, demostrando la fuerza de su poder de la mano de la naturaleza, el cual insiste en seguir expulsando Piroclasto (piedras ardientes) que bajan en grandes coladas con destino al mar, pero sin dejar de destruir todo lo que se encuentre a su paso. Del mismo modo, hay días que parece que va claudicando en su actividad o que va debilitándose, pero nada más lejos de la realidad. Es decir, son estrategias de un volcán inteligente que la naturaleza utiliza para desorientar a los especialistas en vulcanología. Muchos son los científicos que están estudiando este fenómeno lávico que insiste en hacer daño y herir los sentimientos de todos los palmeros/as. El rugir en la noche de sus terribles fauces generadas desde las entrañas de la tierra, motiva que los habitantes de la Isla Bonita no puedan conciliar el sueño, provocando que cientos de personas tengan pesadillas y miedos, motivando asistencias psicológicas.

Hacemos dioses sin hacer milagros

No descubro nada nuevo, si escribo que en esta etapa de nuestras vidas muchas son las cosas que vienen ocurriendo, especialmente cuando el ser humano sigue haciendo dioses sin hacer milagros. Por otro lado, que duda cabe que no nos queda otra que adaptarnos a las nuevas medidas y exigencias de la propia evolución del ser humano, asociada a los avances tecnológicos, junto con las actuales pandemias y cambio climático y vivir o sobrevivir en un mundo de mucha improvisación. Podríamos hablar o pensar sobre el futuro, pero tal como están las cosas, creo que lo mejor es vivir el presente de cada uno de nosotros, pues el futuro no tiene un guion fiable que nos haga asegurar absolutamente nada.

¿De verdad que somos tan inteligentes?

No sé si será por la edad que tengo o porque cada día observo que en la sociedad donde vivo y me muevo, ya nada es igual que en la época de mi infancia. Es lógico, mucho ha llovido desde aquel pasado al actual presente. No descubro nada nuevo, si escribo que mucho han sido los avances en el mundo de la tecnología. Una revolución tecnología que nos seduce adelantarnos a nuestro propio tiempo.


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