Viviendas dignas para personas dignas

Sinceramente, la estética que se dibuja cada día frente a la sede del búnker de Presidencia en Santa Cruz de Tenerife, deja mucho que desear. Es decir, las casetas de la Acampada por una vivienda digna, tras abandonar anteriormente el asentamiento en la Plaza de la Candelaria, después de más de 160 días, ahora se posicionan en un lugar de la vía pública donde cada día transitan cientos de personas, Una imagen que no beneficia en nada a la promoción y crecimiento turístico de nuestra isla. No pongo en duda las quejas, reivindicaciones y el derecho a las protestas de las personas que conforman la Acampada, pues no en vano lo que se reclama desde hace muchos años son más viviendas dignas, con el objetivo de que muchas familias sin hogar puedan tener la oportunidad de acceder a ellas.

Querer

Cuando se tiene la oportunidad y también la paciencia, de tratar casi cotidianamente con los políticos, tanto con los gobernantes, como de la oposición, para tratar asuntos relacionados con la actividad económica, se comprende el retraso o estancamiento de algunos temas y la ligereza con el que salen otros. Igual pasa en las relaciones profesionales con los empleados públicos, algunos, posibilitan avanzar, haciéndolo todo llevadero, ayudando y poniendo dedicación, en cambio, otros, son la personalización de las pegas, sus interpretaciones personales subjetivas y bastante discutibles, inmovilizan cualquier asunto, donde hay que sumarle también, la falta de interés en sacar adelante los expedientes.

Ley de vivienda, una ley histórica para blindar la función social que debe cumplir la vivienda y acabar con la especulación

Una vez aprobada por el Consejo de Ministros la “Ley de Vivienda” toca el trámite parlamentario, que será por procedimiento de urgencia a solicitud del Gobierno, porque esta es una norma muy esperada por la ciudadanía. Sinceramente, espero que se alcance el máximo consenso posible durante este trámite parlamentario, porque esta ley es una herramienta que beneficiará a todo el mundo y nuestra obligación es garantizar el derecho a la vivienda digna, para que de una vez por todas, la vivienda deje de ser un lujo solo al alcance de unos pocos. No podemos olvidar a las miles y miles de personas a las que resulta imposible acceder a una vivienda en nuestro país.

Dos pájaros de un tiro

No. Y mil veces no. No podemos consentir que en Canarias haya ya tres mil menores no acompañados al cuidado de la Comunidad Autónoma sin que por parte del resto de las comunidades autónomas del Estado se haya asumido ninguna responsabilidad y sin que el Gobierno de España haya legislado para posibilitar que la acogida en Península sea una realidad y no dependa de la nula voluntad y solidaridad en las distintas autonomías.

¿De qué nos quejamos?

El comienzo del nuevo año 2022 ya comienza a menguar con el mes de enero. El tiempo pasa a una velocidad de crucero, especialmente para los que ya estamos metidos en edades un poco avanzadas. Cuanta razón tenían nuestros abuelos cuando decían que con el paso de los años la vida es más rápida. Y no se equivocaron. Lo cierto es, que desde que llegó a nuestras vidas la Covid-19, nuestras formas de vivir cambiaron de manera drástica, pero no solo las nuestras. También, el mundo entero.

Nos quieren dependientes

A diferencia de lo que afirma el Gobierno, de que solo afectará a los que más ganan, la mayoría de los 3 millones de autónomos de nuestro país, en concreto el 60% de los trabajadores por cuenta propia, tendrían que destinar más del 70% de su rendimiento a pagar cotizaciones sociales, retenciones e impuestos. Por ejemplo, un autónomo que gane 400€ al mes tendrá que pagar en 2031 183,6€ (un 45% de lo que gana); y un trabajador por cuenta propia que gane 1.700€ tendrá que pagar a la SS 535€ en el mismo periodo, lo que supone un 31% más frente a lo que pagaba en 2021.

Silenciados

Ruido en todas partes, asusta el silencio, la reflexión, meditación o cualquier forma de concentración. El Poder, con mayúsculas, que a lo mejor no es el que figura públicamente, quiere el pesebrismo, pan y circo, autómatas sin capacidad de decisión. Será que, a las nuevas generaciones, sin culpa propia, sino por el contrario, sufrientes, se les ha enseñado a no pensar, quitándoles de su vocabulario la palabra “esfuerzo” y lo que significa, para de esa manera controlarlas mejor. Por eso, los sesudos dirigentes ideologizados, del mal llamado progresismo, minusvaloran en la enseñanza reglada, la filosofía o las humanidades.

Con Ucrania en la picota

El conflicto en Ucrania es, en realidad, un enfrentamiento entre dos superpotencias: Rusia y EE UU. La tercera superpotencia, China, parece asistir a tal enfrentamiento en calidad de oyente; de momento. Fijando posiciones con un símil lunar, podría afirmarse que China está en aventajado cuarto creciente; EE UU, abandonando el plenilunio, está en un incipiente cuarto menguante. Y Rusia, tras el novilunio que trajo la evaporación de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia (PAV), está en un intermedio de cuarto creciente, en búsqueda del plenilunio global.

Lecciones que hay que aprender

Hace unos días se publicó un informe de Cáritas y la Fundación Foessa titulado ‘Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España’. Y una de sus conclusiones es que, como ya ocurrió con la primera gran crisis económica del 2008, la pandemia ha provocado que más de 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años se encuentren afectados, en toda España, por situaciones de exclusión social. Es un dato terrible que tiene peores indicadores aún en Canarias. La inquietante pregunta es que si se están dando estas cifras, a pesar del esfuerzo en gasto social y en ayudas realizado por el Gobierno de España ¿qué habría ocurrido y cómo estaríamos si no se hubiera hecho nada?


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