El vuelo de Podemos

Nuestra realidad física, de ocho islas en el Atlántico medio, nos condiciona para bien o para mal. Es una realidad evidente, la deficiente conectividad de Canarias no sólo área, sino también marítima. Una característica de todo territorio insular, en cualquier parte del mundo, por lo que no es un problema concreto, ni individualizado, sino general y por cierto, muy abundante a nivel global. Hace ya muchos años, en una reunión que tuvimos en Tenerife, con representantes de la Cámara de Comercio Hispano China, uno de los presentes asiáticos, se sorprendía que en Canarias no hubiera una naviera propia, para asegurar la importación de los productos que necesitamos y la exportación de lo que producimos. Por lo tanto, es un tema de la máxima prioridad en un territorio archipelágico, que encima presume de ser plataforma intercontinental.

Cuando la desconfianza agoniza…sólo le queda morir.

Marina se recostó en aquel sofá de cojines mullidos un poco desgastados por el paso del tiempo y tras encender la lámpara de cristales dorados cuya luz recreaba un ambiente tan romántico como acogedor, empezó a recordar pequeños detalles que habían ido mermando su relación con Daniel. No era verdad aquello de que “todos los caminos conducen a Roma”, ni que “el orden de los factores no altera el producto”. Ella, por más que se esforzaba, no encontraban el camino cuyo destino era Roma (pero al revés) y el producto de su amor, alteraba todos sus factores.

Minimizar la pandemia

Cuando decidí dedicarme a la política, lo hice bajo la firme convicción de querer ayudar a los demás, de contribuir con mi granito de arena a mejorar la vida de la ciudadanía, para cambiar todo aquello que va en contra del interés común, en definitiva, para sembrar algo de luz y certidumbre cuando las situaciones se tornan más complicadas. Los políticos no salimos a la esfera pública con un manual de instrucciones y una varita mágica que resuelva todos los problemas pero tenemos el deber de responder a las demandas de la ciudadanía, y eso pasa por llevar a cabo dos acciones a priori bien sencillas: escuchar y buscar soluciones.

La Iglesia y el vacío de la nueva generación

La Iglesia en este comienzo de siglo XXI parece estar huérfana de feligreses jóvenes. Es decir, la mayoría de las iglesias o habitáculos parroquiales no cuentan con la presencia de una generación de jóvenes que a duras penas parece no interesarles en absoluto lo que los ministros de Dios transmiten cada día desde sus ermitas, iglesias o parroquias cristianas. ¿Por qué este fracaso de la Iglesia en captar la presencia de una nueva generación de jóvenes? Sin duda, por muchas causas. Sabido es que la Iglesia siempre fue un Estado de poder, especialmente en la Edad Media, donde el cristianismo tuvo una gran influencia en todos los sectores de la sociedad.

Ahora para asegurar el mañana

La vacuna para paliar la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, parece ser la única certeza a corto y medio plazo. Estamos en ese momento de incertidumbre, por saber si los resultados son todo lo halagüeños que esperamos. Sin duda, la esperanza es grande y hay motivos de cierta tranquilidad, por la vacunación general que se pretende hacer a la población. Por lo menos, no estamos en el limbo de hace unos meses, de no saber que hacer la terrible pandemia. Esperemos que todo salga bien, las previsiones se cumplan y sobrellevemos con garantías, este terrible episodio histórico que nos ha tocado vivir.

Una simbiosis perfecta

La condición de las Islas, marcada por su lejanía y aislamiento, ha avivado la perspicacia de sus habitantes a la hora de emprender nuevos canales de comunicación para acortar los kilómetros de distancia que las separan entre sí y con la Península y el Continente europeo. Fruto del anhelo por mejorar las comunicaciones entre islas, nació en 1974 la primera línea marítima regular de pasajeros que conectaría el muelle de Los Cristianos con la capital gomera.

El futuro laboral de la nueva generación del siglo XXI después de la pandemia

No quisiera ser pesimista, pero si anteriormente la vida laboral de la nueva generación de este comienzo de siglo XXI ya era difícil ante de la pandemia, creo que ahora será mucho más, especialmente tras la aparición de la Covid-19, la cual frenó y cambió la vida normal de la humanidad en el planeta tierra.

¿Puede ir a más la ira?

Está claro que nos puede llenar de rabia, tristeza no poder dar un último adiós a nuestros seres queridos; tener una enfermedad crónica y observar que el Sistema Sanitario ahora no puede priorizar en esto o, por si fuera poco, observar en los informativos que algunos grupos de personas no piensan en nosotros saltándose las restricciones impuestas, pereciendo que poco le importen. También en el contexto económico se frenan nuestras expectativas, ya que muchos ciudadanos se ven obligados a realizar ajustes, puesto que sus recursos económicos han descendido considerablemente.

Burocracia vejatoria

Crece proporcionalmente el malestar de los empresarios de la construcción en particular y también, de otros sectores económicos, que dependen constructivo para desarrollar con normalidad su actividad, por la situación de estancamiento que sufren y los problemas diarios a los que se enfrentan, ante la asfixiante e inoperante burocracia que padecemos, en la mayoría de las administraciones canarias, en sus distintos niveles territoriales, Gobierno Autónomo, Cabildos y Ayuntamientos.


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