"Por alusiones"

Desde los neblinosos tiempos de Jack el Destripador, no recuerdo haberse registrado, en ninguna parte de Europa, un caso comparable de asesinato hacia la verdad y la municipalidad (y no a la vida humana), incluyendo algunos discursos de la señora Thatcher. Me estoy refiriendo a las notas de prensa que el Alcalde de Alajeró ha ordenado escribir, escondiéndose detrás de la expresión furtivamente sustraída “socialistas de Alajeró”, como si los votantes de la Agrupación “socialista” gomera no fueran ciudadanos situados en el centroizquierda del espectro político.

Fortaleza e ilusión para afrontar el futuro

A los que cada día desafiaron al miedo y se armaron de coraje para salvar vidas y plantarle cara al virus, a los que hicieron posible que no faltara el pan en nuestra mesa, a los que abastecieron los mercados de los alimentos que necesitamos, a los que evitaron que miles de familias pasaran hambre, a los que surtieron las farmacias de las medicinas que precisamos, a los que nos facilitaron el transporte y a los que salieron a la calle para velar por nuestra seguridad. Un millón de gracias a los profesionales sanitarios, los voluntarios, los farmacéuticos, los cuerpos y fuerzas de seguridad y por supuesto a los trabajadores de los supermercados y transportistas. Un millón de gracias a cada uno de ellos.

Generación perdida

El año 2020 esta apunto de concluir, pero tristemente con un desgarrador y amargo recuerdo en el mundo. Es decir, la aparición de la Covid-19, virus pandémico que está cambiando la forma de vivir de los habitantes del planeta Tierra. Por si fuera poco, provocando la muerte en millones de personas de todos los países del mundo. Especialmente, en la generación de mayores que en otra época trabajaron y lucharon por sus ideales. Mayores, con patologías y edades diferentes, los cuales se han visto sorprendidos por los tentáculos de un virus asesino. Una generación de mayores perdida que han muerto en la más pura de la soledad. Sin duda, y en lo que se refiere a los Centros de Mayores, lo que en un principio era bueno para esa generación, resulta ser que ahora se han convertido en habitáculos “trampas”. Geriátricos, que durante el comienzo de la pandemia se convirtieron en confinamientos desgarradores y tumbas humanas sin ser despedidos por sus respectivos familiares.

No le digas viejo

Casi un año sin escuchar a mi madre algo que le gusta repetir: “yo no me quiero morir porque ahora se vive muy bien”. Sigue creyendo en la primera parte. No se atreve con la segunda. El bicho le acongoja más que los años. Mi hermana le decía el otro día, cuando se quejaba de dolores y ciertos olvidos de vieja, que eso lo guardara para cuando lo sea. Más allá de los noventa. Esa es la barrera que tiene a la “mama” a cinco años de poder decirlo sin que ella se lo reproche. El perro y el gato. Inseparables y dependientes una de otra.

Podemos ser reyes

Los problemas hay que afrontarlos de frente, con valentía, aportando resoluciones valedoras para solucionarlos. Esquivarlos, no mirarlos, dejar que se pudran, no encontrar respuestas adecuadas, es lo peor que se puede hacer, porque se magnifican, haciendo un daño enorme. En los últimos años, estamos aguantando una política artificial, donde no existe certeza alguna, hay menos seriedad y poco de verdad. Lo que dicen un día, serios y circunspectos, al día siguiente se cambia, sin rubor alguno, olvidándose de las promesas hechas anteriormente o de las declaraciones de intenciones, que después no se cumplen o se hacen totalmente diferentes a lo que se habían comprometido. Ejemplos hay muchísimos, los vemos a diario en los medios de comunicación y a través de las redes sociales. Es la posverdad gobernando un país, es decir, la distorsión deliberada de la realidad, manipulando creencias y emociones, con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales.

Algo de luz en la oscuridad

Esta semana, Canarias y en concreto las islas de Tenerife y La Gomera se han visto nuevamente sacudidas por la situación de la pandemia, cuyos contagios, lejos de mermar, han alcanzado unas altas cotas de incidencia que evidencian una relajación en las medidas de seguridad sanitaria que no podemos soportar por mucho más tiempo.

Nepal asistida por la alianza de UE y UNICEF contra la pandemia

Sabido es, que Nepal es un país con muchas limitaciones, especialmente en lo que respecta al área sanitaria, pobreza social y económica. Sin embargo, el país nepalí ha sabido contener de manera disciplinada la pandemia que sigue haciendo estragos en el planeta tierra. Es por ello, que en la actualidad Nepal contabiliza 241.995 personas contagiadas por el coronavirus. Y 1.614 fallecidas. Sin embargo, y por ser un país tremendamente pobre, la pandemia de la Covid-19, motiva que el país asiático se vea incrementado en la falta de nutrición infantil.

Después de llover escampa

La Historia con mayúsculas nos recuerda el pasado, para vivir el presente conscientemente y afrontar el futuro con seguridad. La humanidad ha sido capaz de soportar terribles tesituras, sufriéndolas dolorosamente, en otros casos, venciéndolas o simplemente, soportándolas con grandes sacrificios. Al final, de una manera u otra, se han sobrellevado, para seguir adelante. Cada generación es distinta, pasando por coyunturas que la diferencian, eminentemente, por los acontecimientos a los que se ha tenido que enfrentar. Guerras, invasiones, epidemias, catástrofes naturales, en fin, muchos sucesos que han marcado época. Pero lo que me gustaría destacar, es que siempre se ha evolucionado, no se ha parado la cronología y se ha conseguido continuar viviendo.

Salvar al turismo

Las patronales, los turoperadores, las aerolíneas, los establecimientos hoteleros, los comerciantes, en fin...el sector turístico en general, pide a gritos auxilio para que sean rescatados de esta tempestad, que lejos de aminorar, esta semana volvió a sufrir un nuevo episodio de temporal, tras la decisión de Reino Unido de excluir de su lista de corredores seguros a Canarias.

El tan esperado año 2021

El año 2020 será recordado por las generaciones futuras como el año de la pandemia. Todavía no conocemos de qué manera va a cambiar nuestras vidas y tenemos bastante claro que el coronavirus no se va a ir con las campanadas de Nochevieja. Sin embargo, no podemos perder la esperanza de que el Año Nuevo 2021 sea mejor que el 2020.


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