La Pseudo Reforma Laboral

La mal llamada Reforma Laboral que ha sacado adelante el Gobierno, al menos hasta la convalidación del Decreto en el Congreso de los Diputados, no deja contento a nadie. Ni el gobierno, ni sus socios parlamentarios, ni los sindicatos, ni la propia CEOE pueden afirmar que esta “reforma” vaya a mejorar el mercado laboral. Todos son consientes de que la mesa de negociación era un auténtico montaje. Que de ahí no iba a salir nada porque lo que había prometido el gobierno a sus socios, que distaba mucho de lo prometido a Europa, no iba a aceptarlo Bruselas. Y eso implicaba que los fondos europeos para la recuperación pos-COVID estaban en riesgo.

La Palma y Tenerife

El año nuevo significa empezar otra vez, recomenzar, que tan buenos resultados da personal y socialmente. Antes de sufrir la terrible pandemia que estamos padeciendo, en estas fechas, todo era alegría, acompañada de esperanzas, porque se veía el porvenir con ilusión y hasta se tenía el propósito reiterado, año tras año, de dejar de fumar. Ahora hay escepticismo, incertidumbre y en algunos casos zozobra. La inquietud por la compleja situación sanitaria lleva consigo, aflicción por tantos negocios, empresas o proyectos, que se han quedado en el camino, sepultados, no por una mala gestión, sino por causas sobrevenidas.

Un año 2021 para enterrarlo en el pasado

La cosa no pinta bien. Me explico. Esta nueva variante del coronavirus, Ómicron está resultando muy alarmante en la sociedad española y en el resto del mundo. Cada día que pasa noto como la histeria se va apoderando de millones de personas. Las calles por las que suelo transcurrir cada día en la sociedad donde vivo, observo como muchas personas llevan el miedo en sus ojos y la histeria en su día a día. Las farmacias no dan avío para vender los antígenos, donde muchas de ellas ponen un cartel que dice: agotados los antígenos.

Tenerife arrinconada

En Canarias se ha perdido, parece que, de manera definitiva, el equilibrio interinsular entre las dos islas capitalinas, que históricamente, ha dado tan buenos resultados o estabilidad política y económica, a nuestra Comunidad Autónoma. Desde hace unas décadas y por motivos eminentemente electorales, de los que estaban gobernando en la anterior legislatura, todo ha cambiado, produciéndose una oscilación, donde Gran Canaria, sigue en su ascenso meteórico, copando el liderazgo regional, mientras que Tenerife languidece en un continuo revés imparable, que la está convirtiendo en la séptima isla menor del Archipiélago. Es una realidad tangible, indiscutible y demostrable. No se trata de pleito insular, ni de insularismo, sino de alzar la voz, ante un favoritismo escandaloso, que parece ya normalizado. A la chita callando, es decir, haciéndolo con sigilo, disimulo o en secreto, las inversiones públicas o la distribución de fondos económicos, suelen tener una preferencia clara, además, las ejecuciones de obras o la realización de servicios, también cuentan con un favoritismo, que en muchos casos es escandaloso.

El año que viene: agotamiento y victoria

A veces pasa que la precipitación con la que hoy vivimos y la carga de preocupaciones y dificultades que llevamos encima, nos impide valorar en su justa medida algunas de las cosas que nos están pasando. Nos pasa como a ese ocupado trabajador que sale de su casa al alba y llega deslomado por las tardes y que un día se fija en que el arbusto que había plantado delante de su puerta se ha convertido en un gran árbol.

El mundo que construimos y destruimos

Reconozco que antes de entra en el comienzo del siglo XXI, el mundo iba a mejorar en muchas cosas, especialmente en lo que respecta a las miserias, pobrezas, guerras bélicas, leyes de dependencias, políticas más cercanas y comprometida con los pueblos del mundo; más sensibilidad, solidaridad y humanidad, que motivaran vivir en un mundo más justo e igualitario. Desgraciadamente, aunque muchos crean que hemos evolucionado o mejorado en nuestras condiciones y formas de vivir, no es para lanzar fuegos artificiales. Sin duda, muchas son las cosas que aún quedan por conseguir, pero la más importantes es que la humanidad tome conciencia de lo que en realidad somos y en que mundo vivimos.

Es lo que hay

Desde el poder del siglo XXI, se vuelve a los mismos métodos de la Roma clásica, a saber, pan y circo. Ahora se trata de utilizar los medios digitales para atontar a la población, teniéndola totalmente enganchada, esclavizada o dependiente, sumando a la televisión, con esos programas basura, que más debían llamarse vacíos, porque no aportan nada, sino puro entretenimiento insustancial. Horas que se hurtan al tiempo en banalidades, para que, de esa manera, no se piense, ya que, para eso, bastaría más, están los líderes progres de turno que, se sienten en la obligación de practicar un paternalismo imprescindible, porque están convencidos que tienen una función histórica de redimir a la ciudadanía

El enemigo y la Navidad

Es curioso que esta sociedad siga teniendo la capacidad de sorprenderse ante lo obvio. Se publican las últimas cifras de la pandemia y ante el aumento de los contagios se produce una especie de asombro colectivo. ¿Pero de qué nos vamos a asombrar si está sucediendo lo que es previsible?

La comunicación olvidada

Cada día estoy más convencido que la comunicación entre las personas se dilata en el tiempo. Una ausencia de comunicación entre el receptor y el emisor. ¿Quién tiene la culpa de esta gravísima ausencia de comunicación entre las personas? Pues sencillamente la revolución tecnológica, la llamada evolución en el conocimiento a través del ser humano. Con el transcurso del tiempo, he podido observar que en muchos lugares del mundo de la hostelería, bien se llamen restaurantes, casas de comidas, bodegones, tascas o guachinches, donde los comensales no se miran a las caras, concentrando toda su atención en sus respectivos móviles.

Paraiso terrenal

Ya lo hemos dicho reiteradamente y es bueno insistir, que el ecologismo, como movimiento sociopolítico, que propugna la defensa de la naturaleza y la preservación del medio ambiente, merece todos los respetos, como cualquier otra iniciativa, que se base en planteamientos serios, razonables o respetables. Todos tenemos que aportar, para dejar a nuestros hijos y nietos, es decir, a las próximas generaciones, un mundo saludable, en fin, vivible. Es verdad, que es una cuestión de supervivencia, por lo que es imperioso poner todos los medios oportunos para, entre todos, lograr el objetivo de un desarrollo sostenible, que preserve el presente y asegure el futuro. La inmensa mayoría de la población está de acuerdo con estos planteamientos, porque sencillamente son creíbles, sensatos y procedentes.


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