Cambiamos Canarias

En Canarias hay personas, entidades, partidos políticos y algunas instituciones, que se miran tanto el ombligo, creyéndose el centro del mundo, que parece que les gusta o disfrutan, ir en contra de la corriente más frecuente, la opinión general o las directrices marcadas por organismos superiores. Opinando y proponiendo como si fueran auténticos premios Nobel, sin tener, en muchas ocasiones, los conocimientos, datos o aportaciones pertinentes para cada caso particular. Pero como gana la ideología sobre la veracidad, es la posverdad en su auténtica esencia. Llevamos meses discutiendo en nuestra tierra sobre la oportunidad de aprovechar los fondos europeos, para dotar a las dos islas capitalinas de sus trenes, buscando una mejoría en la calidad y temporalidad de la movilidad insular.

Una cuestión de empatía

La empatía es un vocablo de nuestro extenso léxico que no pasa por su mejor momento. Cada vez se escucha menos y lo que es peor, cada vez se pone menos en práctica, tanto así que corre el riesgo de extinguirse y pasar a formar parte de ese amplio glosario de palabras en desuso. En los tiempos que corren, ponerse en lugar de otro resulta una tarea casi colosal para una parte importante de la ciudadanía.

La Asociación Kairos, garantizó un año más las ayudas alimentarias

Un año más, la Asociación Kairós hace un balance de lo que fue el año 2020, motivando una preocupación en su dirigente Benjamín Barba, que junto a su equipo de colaboradores vienen realizando una importante y gran labor humanitaria en la isla de Tenerife. Sin duda, la pandemia de la Covid-19, junto con la grave crisis económica, turística y empresarial, junto con el incremento de personas paradas, hacen que la pobreza en Canarias y en el resto del mundo, sea más severa. Es por ello, que la Asociación Kairós, junto con otras asociaciones y Ongs, se hayan visto obligadas a realizar un doble esfuerzo en conseguir alimentos y atender a una demanda de pobreza multiplicada con respecto a años anteriores.

¿Hacemos los deberes?

A lo largo de nuestra vida hay rutinas que siempre estaban presentes en nuestro día a día. Todos recordamos con cariño y nostalgia, esos primeros deberes que te marcaban en el colegio para repasar o reforzar, lo que habíamos aprendido en clase. Una etapa que sin lugar a dudas, para muchas personas fue el inicio de aprender a tener hábitos de estudio.

Fusión entre la poesía y la música, Isa Guerra y Luis Fajardo

Luis Fajardo López-Cuervo nace en Madrid y, por esos azares de la vida, termina su licenciatura de Matemáticas en la especialidad de Investigación Operativa y Estadística en la Universidad de La Laguna, Tenerife. Muy pronto le dan plaza en el Instituto Tomás Morales de Las Palmas de Gran Canaria en donde conoce a su mujer Juana María Navarro, catedrática de dibujo. Y, enamorado de ella y de nuestras tierras cálidas, ejerce su profesión en diferentes centros de enseñanza de las islas y fuera de ella, al mismo tiempo que se hace intérprete de lengua de signos. Pero sueña con tener tiempo libre para dedicarlo a su hobby: Difundir los versos de los poetas más destacados dentro de la literatura universal, sacarlos de los entornos académicos.

Desmañados torpemente

Vivimos acelerados en todos los aspectos o circunstancias ordinarias, parece que no tenemos tiempo para nada, aunque estemos todo el día ocupados. El mundo digitalizado, que ha impuesto la inmediatez, hace que estemos en una verdadera vorágine de apresuramiento que angustia, creando demasiada ansiedad y poca reflexión. No hay momentos para pensar relajadamente, conversar tranquilos o simplemente, pararse un instante para respirar hondamente. Podríamos llamar a esta situación como la “sociedad supersónica”, es decir, que supera la velocidad del sonido. El ejemplo más clarificador es cuando se nos atasca o hay algún problema con la velocidad en internet o en los distintos dispositivos al uso, crece proporcionalmente la inquietud, perdiendo la serenidad, como si se fuera a acabar el mundo. Si algo no es rápido ya no vale, está desfazado, es rechazado sólo por su lentitud, aunque tenga otras cualidades que también pueden ser importantes. Hay que aprender de lo que dijo el médico, científico y pensador español Gregorio Marañón, “la rapidez que es una virtud, engendra un vicio que es la prisa”.

No están solos

Son muchos a los que cada día, cuando suena el despertador, se les hace cuesta arriba vestirse y armarse de fuerzas para abrir su comercio, gimnasio, restaurante, cafetería, tienda o incluso su alojamiento turístico. La calculadora hecha humo cada vez que hacen cuentas y lo cierto es que los números no dan para mantener a duras penas su negocio, pagar las nóminas a sus empleados, los impuestos y demás gastos a los que tiene que hacer frente un autónomo y pyme. La cuesta de enero este año se hace aún más escarpada y sinuosa que en años anteriores, son muchas las facturas sobre la mesa y escasos los recursos, tanto que los más agoreros aseguran que el 20% de los pequeños comercios no resistirá los embates de esta crisis y se verá abocado al cierre.

El futuro laboral de una juventud salpicada por la pandemia

Vivimos sin guión de futuro; sin poder saber que es lo que puede pasar mañana o en los próximos años. Vivimos con la fuerza de voluntad, pero también con la esperanza e ilusión de que en un futuro no muy lejano en mundo vuelva a la normalidad en todas sus consecuencias. Sin embargo, el futuro de la nueva generación es más incierto que nunca. Sobre todo porque las ideas e ideologías políticas han ido cambiando con el transcurso del tiempo. Cierto es, que la pandemia de la Covid-19 ha tenido también mucha culpa, pues no en vano paró la normalidad de la vida de todo ser vivo en el mundo. Es por ello, que la llamada generación actual y venidera, no sabrá cual será su futuro hasta que el mundo vuelva otra vez a consolidarse de manera equilibrada en todo su organigrama funcional en la vida de los seres humanos.

“Menudos Reyes”

Pasó la Navidad como un suspiro: de rabia e impotencia. Queda la nostalgia multiplicada. Revoloteando. En mi niñez era raro que los Reyes trajeran lo que se les había pedido. Los juguetes eran caros y los ingresos escasos. Estuve un tiempo pidiendo en vano una bicicleta. Acabé cogiendo la de mi padre pedaleando por debajo de la barra. Soñaba con un “Scalextric” pero me quedé en un cochito de cuerda que se paraba enseguida. Creo que el juguete que más ilusión me hizo fue un triciclo que llegó unas navidades que pasamos en Gijón. Y lo fue porque, un poco, fue el juguete de todos. Antes todo era de todos. Íbamos por la nieve, por encima del hielo del río, por los caminos embarrados... bajo cero y en katiuskas. Felices como perdices sin saber cómo no moríamos congelados.

Hoy quiero explicarles lo que significa la palabra; “Margua”

En los artículos de opinión, relatos cortos, novelas… todo lo que expreso y escribo lo firmo con el nombre, Margua. Esto tiene una razón, en un certamen literario, especificaban que para firmar la obra tenía que ser con un seudónimo. En ese momento tuve que plantearme un seudónimo para mí, para poder participar, ya que tenía la costumbre de firmar con mi nombre. Parecía complicado definirse en una sola palabra… Buscar un nombre que represente lo que uno es, lo que siente, aquello que nos inspira y nos da la oportunidad de escribir miles de historias que encierran ocultos y grandes sentimientos.


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